El
amargo placer de trabajar en
la Tesis Doctoral
Pocas cosas en la vida de un
universitario causan tanto placer sonoro
como aquel de escribir su Tesis Doctoral. Tal vez la rimbombancia del término
sea la responsable de que, aún dentro del sufrimiento que produce escribir un
trabajo de 300 páginas sin anexos, se consiga llegar al éxtasis, al menos
enunciativo, cuando se empieza a trabajar en tan dura cuestión. Hay algo de
caché en eso de escribir la Tesis Doctoral!
Comenzando con que la
Doctoral es la única Tesis que tiene
nombre y apellido. Nadie que esté trabajando en ella se le ocurre decir “estoy
trabajando en mi trabajo de grado”, no, dice clara y pomposamente “es que estoy
trabajando en mi Tesis Doctoral” y usted se imagina esa “Tesis Doctoral” en
negritas, subrayada y en letra 18 Times
New Roman. ´Na guará!
Las demás tesis no reúnen
méritos como para ser llamadas por nombre y apellido. Uno jamás ha escuchado a
alguien decir “no he podido salir porque estoy trabajando en mi Tesis TSUral” o
“la Tesis Licenciatural me roba todo el tiempo” o “estoy desaparecido porque
estoy trabajando en mi Tesis Magisteral”. Además que suena de un feo cacofónico!
Algunas veces me ha tocado
saludar a colegas profesores que tenía tiempo sin verlo(a)s y la respuesta a mi
saludo “épale, qué te has hecho que tenía tiempo sin verte”?, ha sido
invariablemente la misma “pero, cómo, si es que estoy escribiendo mi Tesis
Doctoral”. Y uno se siente vago, sin oficio, ocioso, trashumante, porque es que
además te responden en forma rezongona y, claro, uno ve a alguien con ojeras,
trasnochado y a veces hasta famélico y la verdad es que le despierta cierta
compasión y hasta un poco de admiración, por qué no?
Pero también se nota cierta
dosis de orgullo en la respuesta, aunque un poco morboso, ya que te están
diciendo “mira, estoy sufriendo, no salgo de mi casa, no llevo a los niños a
comer helados, no me reúno con nadie, más nunca me he echado un palo” todo por
estar escribiendo …. Mi Tesis Doctoral, esto último lo agrego yo, porque … es
que la otra cosa que jamás he logrado observar es que quien escriba su Tesis
Doctoral lo haga en un estado óptimo de felicidad, no! No he visto a nadie que
exprese “hurra, estoy escribiendo mi Tesis Doctoral, que vaina tan buena”!
Siempre hay un dejo de hastío y desazón que sólo es compensado con la expresión
lacónica “estoy escribiendo mi Tesis Doctoral”
Y es que en las casas en las
que uno de ellos escribe su Tesis Doctoral se produce una especie de obscuridad;
obscuridad en el ámbito vacacional (nadie sale de vacaciones mientras papá o
mamá esté escribiendo su Tesis Doctoral, ah bueno); obscuridad en el ámbito
etílico (total abstinencia alcohólica) y obscuridad sexual (aquí se acabaron
los “ay que me muero, de media noche en la hamaca”, como diría Andrés Eloy
Blanco). Lo que agrava el asunto es que muchas universidades otorgan plazos de
hasta seis años para la entrega del fatídico requisito, los cuales se amplían
con alguna que otra prórroga que solicite el doctorando (ahhh, este es otro de los términos pomposos y únicos de
la jerga doctoral: nadie es maestrando ni ingenierando!).
Bueno, como quiera que hoy
me ha dado por escribir con mucha formalidad y ese no es el carácter de El
País de Comiquita, voy a finalizar con un cuento, para ver si en el futuro
las cosas cambian y logramos recuperar prontamente a aquellos amigos doctorandos que están en plena Tesis
Doctoral:
Qué es lo importante en una Tesis (Fábula).
Un conejo estaba sentado delante de una cueva escribiendo, cuando aparece un zorro.
- Hola, conejo, que haces ?
- Estoy escribiendo una tesis doctoral sobre cómo los conejos comen zorros.
- Ja, ja, pero qué dices ?
- No te lo crees ? Anda, ven conmigo dentro de la cueva...
Total, que los dos entran y al cabo de un ratito sale el conejo con la calavera del zorro y se pone a escribir.
Al cabo de un rato llega un lobo.
- Hola, conejo, qué haces ?
- Estoy escribiendo mi tesis doctoral sobre como los conejos comen zorros y lobos.
- Ja, ja, que bueno, que chiste mas divertido !
- Que no te lo crees ? Anda, ven dentro de la cueva, que te voy a enseñar algo !
Al cabo de un rato sale el conejo con una calavera de lobo, y empieza otra vez a escribir.
Después llega un oso.
- Hola, conejo, qué haces ?
- Estoy acabando de escribir mi tesis doctoral sobre como los conejos comen zorros, lobos y osos.
- No te lo crees ni tu!
- Bueno, a que no te metes en la cueva conmigo ?
De nuevo se meten los dos en la cueva, y como era de esperar, un león enorme se tira encima del oso y se lo come. El conejo recoge la calavera del oso, sale fuera y acaba su tesis doctoral.
MORALEJA DE LA HISTORIA:
1. No importa cuán absurdo sea el tema de tu tesis..
2. No importa si no tiene el más mínimo fundamento científico..
3. No importa si tus experimentos jamás llegan a probar tu teoría..
4. No importa, siquiera, si tus ideas contradicen los mas obvios conceptos de la lógica..
5. Lo que verdaderamente importa es ... QUIÉN ES TU TUTOR.
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