O
Manual del perfecto idiota!
18 años de teoría y
práctica con el perfil de estos venezolanos, que ha tomado cuerpo en el fragor
de la batalla diaria, nos dan suficiente autoridad como para hacer una aproximación
fenomenológica a la realidad del comportamiento de esta rara especie de ser o
de este ser de rara especie, es lo mismo, de tal manera que, apoyado en los
hallazgos obtenidos de esta interacción, a continuación daremos algunos
consejos o recomendaciones para su tratamiento.
1.- Primero y
principal: con un escuálido no se puede discutir, así como usted discute franca
y abiertamente una jugada de beisbol, más aún si son amigos o familia tuya.
2.- Ante un escuálido
familiar o amigo lo mejor es hacer alguna de estas dos cosas: uno, no caer en
la tentación de discutir con ellos, para lo cual lo mejor es hacerse el loco y
simplemente sonreírles. Esto tampoco es fácil ya que, algunos, solo unos pocos,
se darán cuenta de tu estrategia y te dirán “los chavistas se las dan de sobrados”.
Aún así sigue sonriendo! Dos, no los tomes demasiado en serio, así que si
puedes vacilártelos, hazlo! Cógelos para locos, porque es que en realidad son
locos y con locos no hay seriedad que valga. Así que jódelos con buen sarcasmo
e ironías, que ellos vean que quien tiene el control eres tú. Nunca los dejes a
ellos con el control, aunque, aquí entre nos y a decir verdad lo tienen, porque
sino no estaría yo en este macán creando estrategias de afrontamiento anti
escuálidos.
3.- Con un escuálido
desconocido no se debe, ni se puede
discutir. Eso está fuera de toda posibilidad. Un escuálido desconocido es lo
más cercano a un terrorista, fundamentalista, fanático trashumante, contratista
(al estilo de los gringos), mercenario hijo de puta, francotirador, etc. Tú te
los consigues en la cola del banco, del supermercado, de Cortoelec y siempre
hablando en voz alta para que se enteren lo que él es y tratar de captar a
alguien para hacerlo presa de su desesperanza.
Aquí encontrarás unos buenos consejos para evadirlo http://hectoracostamartinez.blogspot.com/2016/05/combatiendo-el-pesimismo-y-la-fatalidad.html
Discutir con un
escuálido desconocido comporta un peligro mortal, sumamente letal, porque,
además, los escuálidos son profundamente rencorosos; ellos nunca van a tener
una reacción del tipo “qué lastima, parece un tipo interesante, es una pena que
tengamos puntos de vista distintos”. Por qué no? Porque para hacer ese
comentario el cerebro de ese carajo debe ejercitar la reflexión, y el chip de la capacidad de reflexión en los
escuálidos fue eliminado a través de un puente, puenteado, pues, como hacen los
mecánicos y también algunos médicos, con las piezas que no le encuentran
ninguna utilidad.
En este caso el
escuálido al no pasar por la reflexión, pasa directamente al ataque, a la
ofensiva, ya que cada respuesta que tú le des, al caer fuera de sus patrones
neurológicos, es considerada como una ofensa, entonces instintivamente utiliza
la función más ancestral del cerebro del Reptil que es el ataque, ya que se
siente ofendido. Estás entendiendo?
Por eso, si tú
entrompas con un escuálido y no tienes ni un cortaúñas en el bolsillo, te
estarás arriesgando a que al salir del supermercado, si es que el tipo o tipa
es capaz de esperar tanto tiempo, te encuentres con esa persona iracunda, hecha
una fiera, botando espuma por la boca y con la pupila dilatada del odio,
dispuesta a hacerte añicos con la 9mm con la que te está apuntando. Por eso es
que como tú no eres asesino y tampoco eres un Rambo (a) lo mejor es irse al
primer paso de la Resolución Pacífica de Conflictos, es decir Prevenir y así
evitar que la intemperancia y la falta de Inteligencia Social del escuálido te
lleven a un conflicto de dimensiones desconocidas, pero
potencialmente mortal.
Ahora si ves que el
escuálido no es demasiado colérico y que se puede manejar adecuadamente,
entonces vuelve al vacilón que has de usar con los de la familia, pero eso sí,
muy inteligentemente y sólo debes hacerlo cuando sientas que tienes el control,
que los puedes manejar, que tus estrategias pueden funcionar correctamente.
Sólo en ese momento y confiando en tu gran intuición y en la brutalidad
manifiesta de los escuálidos, puedes llevar a cabo la técnica, acuérdate que
ser clase
media y chavista siempre va a comportar grandes riesgos.
De todos modos aquí te dejo una de las peripecias que he inventado para
sobrevivir en este inhóspito medio, aquí donde el camino es culebrero y siempre
tiene ganas de llover: http://hectoracostamartinez.blogspot.com/2017/04/clase-media-y-chavista-mala-combinacion.html
3.- Los escuálidos que
forman parte de tu familia siempre exhibirán contigo el predominio de dos
emociones: la rabia, que en el seno intrafamiliar se traduce en grandes
arrecheras o la tristeza, la que suele expresarse en forma de lástima (ay no, pobrecito, lo que pasa es que él es
chavista), así que cada vez que un familiar te presente a alguien seguro que
previamente le advirtió en voz baja de tu patología (“este es el hermano que te dije
que era chavista, así que ten mucho cuidado con lo que dices porque se
ofende de nada”). Aunque yo nunca me he planteado hacer
empatía con ellos (los amigos de la familia) premeditada y alevosamente, al
final lo he logrado ya que, como ya sabes los datos que les transmitieron,
ahora puedes ser tú mismo, de tal manera que al cabo de haber logrado hacer
rapport o sea, confianza (y eso en la comunicación lo logras a través de la
manipulación o de una personalidad que haya incorporado la técnica y la maneje
naturalmente) eres capaz de lograr declaraciones tipo “coño, la vaina no era
como me lo habían dicho, claro eres chavista, pero no es que eres la fiera que
me vendieron”. Y uno dice muy para sus adentros “este se jodió conmigo”!
4.- La emoción que
domina al escuálido es el odio. El escuálido no es un político ni en el menor sentido
de la palabra, es más de político no tiene nada, ya que lo que lo mueve es un
gran sentimiento de odio, de irrefrenable rencor, de saciar su sed de venganza
haciendo el mayor de los daños posibles. Un escuálido es simplemente un
antichavista que como un toro al salir del encierro, embiste cualquier trapo rojo
que le lancen. Enceguecido por el odio el escuálido justifica cualquier medio
que se utilice para sacarle las vísceras a su encarnizado enemigo chavista. Es
por eso que entre ellos no existen reclamos acerca de la mentiras que inventan,
las que siendo tan burdas son inmediatamente desnudadas; es más una mentira
descubierta sólo los estimula a que la próxima sea aún más grandilocuente, por
lo tanto menos creída por el resto de las personas. Por eso ustedes ven que del
forjamiento de un acta de citación, al ser develada esta mentira, la usurpadora
escuálida pasa a la acusación de asesinato de un Guardia Nacional que no se
encontraba en el sitio del suceso. Cosas como ésta hace que los escuálidos
utilicen la famosa frase de Nicolás Maquiavelo “el fin justifica los medios”
como el arma que los impulsa a actuar en ofensiva, en su intento de maquiavelizar la vida venezolana, aunque
en estricto apego a la verdad histórica, el filósofo y político florentino
nunca fue tan maquiavélico como lo es el escuálido promedio. Podemos ir
concluyendo luego de esta necesaria perorata en que un escuálido es en gran
medida un enfermo mental no sometido a tratamiento.
5.- De lo anterior se
puede llegar a extrapolar y en definitiva concluir en que un escuálido es un mitómano.
La Mitomanía esa tendencia morbosa a la transformación de la realidad a
través de la creación de una falsa, para la satisfacción de objetivos
personales innobles es la compulsividad natural del escuálido por decir cosas
que llamen la atención, poniendo a su persona en el protagonismo de grandes
situaciones, como las que le fueron descubiertas a la política escuálida antes
citada en sendas alocuciones mitómanas ya referidas, igual que aquella en la que llamaba a su mamá y le
advertía sobre una falsa
agresión “mamá, va a salir una noticia de que nos echaron unos tiros en el
23 de Enero, no te preocupes yo estoy bien, estoy en la oficina, Carlos Blanco
te está mandando saludos, quédate tranquila”.
El mitómano, como buen
perezoso intelectual (por supuesto tiene serias limitaciones) apenas llegó a
leer una página del manual de la guerra y se quedó justo allí donde dice que en
una guerra la primera derrotada es la verdad, desencadenando una trama
discursiva fantasiosa, totalmente trucada, fraudulenta, con un absoluto y total
desapego por la veracidad; por eso fue que emprendieron aquella feroz campaña
contra la ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, ya que la misma
hacía énfasis en la “información veraz y oportuna” y eso era como enseñarle un
crucifijo a Satanás. Por eso es que la Mitomanía es consustancial con el ser
escuálido y por eso mismo es que los mitómanos contumaces de la oposición son
seguidos a ciegas por el rebaño convirtiéndolos en fieles ovejas (o focas?) a
las que no hay que rogarles para que se vistan de negro, se vistan de blanco,
se tiren al Guaire, se desvistan, se pongan la gorrita al revés, volteen la
bandera, caceroleen el 24 de Diciembre a las 12 de la noche, se vuelvan a
desnudar y etc etc etc.
Esta historia
continuará …..