viernes, 21 de mayo de 2021

ROSA PERFUMADA: un cuento de camino!


Decía Simón en una magistral metáfora, que allá en su pueblo cuando pasaba un alcaraván se asustan las muchachas por el beso del morichal. Esta y otras tantas de sus poesías formaban parte de las creencias que se construían en los pueblos y que en alguna medida le daban explicaciones a los acontecimientos de la vida diaria, con esa dosis de suspicacia que caracteriza al venezolano, muy orientado hacia los temas del corazón. Todo esto se resumía en que si un alcaraván volaba bajo, alguna mujer preñada había en el barrio.

Otro tanto sucedía cuando cantaba la pavita. Esta  no anunciaba preñez, sino muerte. Entonces la gente se persignaba en señal de protección de su hogar y de los suyos y salían para las calles a ver  dónde había caído la desgracia. Si el deceso ocurría dos o tres meses, igual después se decían “viste, qué te dije, es que esa pavita no pela”.

Con esa fantasiosa ingenuidad pasaba la vida en los pueblos, a falta de experiencias extraordinarias como ocurrían en la gran capital, independientemente de que aquellos considerados capochos por los citadinos, llevaban y recibían con bastante frecuencia su cafecito en el morichal … “ah puej …parece loco ese joven” dijera el Tío Simón.

Pero es que incluso la Gran Caracas tampoco se libró de espantos. Recuerdo que cuando llegué a la capital, por allá por el año ’68 del siglo pasado, para ponerlo más dramático, aún existía un comercial de la Electricidad de Caracas y Luz Eléctrica de Venezuela, que decía “los fantasmas se fueron de Caracas con la llegada de la luz eléctrica”, lo que significaba que hasta no hace muchito los fantasmas habían estado rondando por la capital. Por cierto, mi profesor de Física en 4to año, me sacó de clase cuando preguntó sobre los beneficios de la luz eléctrica y yo de memoria le recité el comercial de la Electricidad. Me dejó sin luz!

Mi madre, Petra Corina Martínez de Acosta - así se presentaba ella en los registros oficiales- sería quien,  junto con el viejo, por supuesto, se encargaría de darme, además de las primeras luces, los primeros conocimientos acerca de ese realismo mágico  que era característico de nuestros pueblos y caseríos de principio del siglo pasado; bueno, y hasta de buena parte del siglo XX, a través de los cuentos que le contaron y de otros que ella me contaba en primera persona.

De esta manera, me contaba la vieja,   que hubo una noche en la enlutada llanura  del poblado donde vivía, Pariaguán para más señas, pueblo de espantos y aparecidos, de ánimas y de espiritistas del Estado Anzoátegui, comenzó a oírse a lo lejos las notas de una melodía conocida por todos, sin saberse a ciencia cierta dónde se originaba la tonalidad.

Intrigados por aquella misteriosa melodía, los adultos, con inteligente precaución salían a la calle tratando de ubicar el sitio donde la estaban entonando y aunque tenían una idea de dónde provenía, la gente no se atrevía a ir al origen del misterioso sonido, ya que la obscuridad infundía respeto y, bueno, los temores naturales que producían esas cosas siempre  relacionadas con eventos de explicación enigmática, que era muy común en aquella época. Basta con recordar que Pariaguán está asentado en pleno estado Anzoátegui, ahí cerquita de Santa María de Ipire, pueblo del Estado Guárico en el que se rinde culto como en ningún otro, a las Ánimas y a los aparecidos y, por supuesto, también a los desaparecidos. Allí nació El Ánima del Taguapire, para más señas y en él está asentado el culto a la negra Francisca Duarte, que es como decir la María Lionza de los llanos centrales.

Lo cierto es que durante toda la noche estuvieron escuchando solo dos palabras de la canción, que decía rosa perfumada, pero al ratico escuchaban perfumada rosa. Así pasarían toda la noche escuchando rosa perfumada, perfumada rosa; rosa perfumada, perfumada rosa.

A la mañana siguiente y con los primeros rayos del Sol, un grupo de hombres y mujeres ahora envalentonados por la claridad del día, decidió indagar sobre aquel  misterio, ya que aún continuaba oyéndose la melodía rosa perfumada, perfumada rosa, aunque con menos intensidad por los ruidos normales de la mañana. Aún así, juntos, pegaditos unos de otros en una especie de excursión, se internan en un tupido montarascal, apartando arbustos y charamizas y cuidándose de las culebras, que cuando no son reales la imaginación se encarga de darles vida.  Hasta que por fin llegan al sitio exacto donde se originaba el sonido.

Allí ven un disco de vinilo de 33 rpm en lo alto de una mata de limón. Al atender al detalle del asunto se dan cuenta que  una espina de la mata, en una suerte de aguja de pick-up,  hacía contacto con un surco del malogrado disco y cuando el viento lo movía pa´allá, se podía escuchar rosa perfumada y cuando el viento lo traía pa´acá, entonces sonaba perfumada rosa. Y en ese tejemaneje  el limonero (no del Señor, precisamente) los hizo trasnochar con la interpretación   incompleta de la canción.

De regreso al caserío, los excursionistas  dan con el segundo descubrimiento y es que se enteraron que un vecino del sector, bajo efectos de unos tragos, le dio la moña por botar sus discos, echándolos a volar en la negrura de esa noche, por lo que  Rosa Perfumada fue a parar al RCA Victor (tocadiscos)  natural que la devolvería a los oídos de los pobladores del vecindario.

Esa noche, en el Hit Parede de Pariaguán, Rosa Perfumada fue la estrella indiscutible de la jornada, dando así lugar al nacimiento de una creencia según la cual en Pariaguán los discos de acetato (no habían otros) suenan incluso con el pick-up apagado y de eso daba fe mi madre Petra Corina.

En retrospectiva concluimos en que tanto esfuerzo e imaginación que le puso Thomas Alba Edison y Alexander Graham Bell a la confección del fonógrafo para que un limonero de un pueblo de mechurrios y sofocones  le viniera a plagiar ese gran invento.

Aunque pensándolo con cabeza fría podría decirse que este cuento de Rosa Perfumada  pudiera tratarse del primer acto de piratería musical, lo que bien pudo servir de antecedente para que un siglo después se creara la peculiar forma de reproducción a través de la quema de  CDs, o sea….