domingo, 29 de mayo de 2016

Combatiendo el Pesimismo y la Fatalidad!



El Instituto de Salud Física y Mental de la Liga del Bienestar y la Armonía (LIBAR), en aras de proveer a sus miembros de nuevos recursos para el afrontamiento del Pesimismo y la Fatalidad, ha elaborado una serie de recomendaciones con ejemplos bien comunes, a fin de que sus asociados y público en general den pasos hacia el desenganche de la práctica ignominiosa puesta en marcha por este insufrible casal.

Estos dos personajes se encuentran entre nosotros a cada paso que damos, ambos con igual fuerza se encargan de sembrar el hastío, la desesperanza y el desahucio, regándolos todos los días hasta que florezca incluso en aquellos aparentemente inmunizados contra el mal. Ambos, Pesimismo y Fatalidad, corren en llave, cargando con ellos las herramientas que les permita captar nuevos miembros para su desesperante club. Pesimismo y Fatalidad no pueden escuchar que alguien diga que hay una luz al final del túnel, sin que salgan corriendo a apagarla.

Por estas razones, el prenombrado Instituto adscrito a LIBAR, observando que poco a poco Pesimismo y Fatalidad logran cada vez más adeptos y ante la amenaza de que esto se convierta, como en efecto los expertos lo vaticinan, en un problema de Salud Pública, ha decidido descruzar los brazos y tomar cartas en el asunto, enseñándonos a permanecer alertas ante los ataques   que invariablemente venimos recibiendo de esta letal pareja.

He aquí, entonces, algunas recomendaciones.

Cuando vaya a saludar a alguien, evite hacerlo utilizando las siguientes preguntas:

-         Hola, qué tal?
-         Qué hubo?
-         Cómo te ha ido?
-         Hola, cómo estás?
-         Mira y qué has hecho?
-         Cómo la están pasando?
-         Y cómo están por la casa?
-         Qué es de tu vida?
-         Cómo estuvo tu fin de semana?
-         Para dónde vas en vacaciones?
-         Desde cuándo no te echas una?
-         Qué ha habido?

Estas preguntas abiertas, son esperadas por Pesimismo y Fatalidad para introducir a través de sus respuestas, el veneno poderoso que le bajará las defensas y lo hará ser presa fácil de la desesperanza. Si usted hace esas preguntas, lo más probable es que reciba como respuestas: Y cómo va a estar si no se consigue nada? Cómo me va a ir con esta carestía que vivimos? Qué voy a estar haciendo, si eso era antes que todo lo compraba hecho! Pa dónde voy a ir con esta pata hinchá? Qué me voy a estar echando una si la caja está a 10 mil? A cada una de estas repreguntas o respuestas, le viene una letanía de argumentos inhabilitantes e infartantes que detienen el avance de tu optimismo y que si les das muchas vueltas, terminarás convencido que lo mejor es que el último apague la luz.

Como de lo que se trata entonces es de cerrarle el paso al Pesimismo y la Fatalidad, entonces hay que evitar saludos que contengan la posibilidad de una respuesta amplia.

En consecuencia, es preferible usar frases cortas que no contengan preguntas abiertas, tales como:

-         Epa!
-         Épale!
-         Hola!
-         Éjele!
-         Ese Nestor!
-         Esa Yubirí!
-         Días! Tardes! Noches! (Sin el Buenas)
-         Vecino!
-         Upa!
-         Eso!

Se debe evitar decir Buenos días, buenas tardes o buenas noches, porque lo más seguro es que lo estén esperando para re-preguntarle “Qué tienen de buenas”? Cierre esta entrada también.

En este mismo sentido, si lo saludan con preguntas abiertas, evite al máximo responder con frases alentadoras, como:

-         Excelente!
-         De maravilla!
-         Maravilloso!
-         Bien!
-         Muy bien!
-         De bien pa´arriba!
-         Mejor imposible!
-         Espléndido!
-         No me quejo!
-         Si hubiera alguien mejor que yo …!

Todas estas respuestas están TERMINANTEMENTE PROHIBIDAS y ya les digo por qué, con un ejemplo. En estos días, antes de leer el Manual de LIBAR sobre asuntos de Salud Pública, me saludaron con el acostumbrado Hola, Profe, como está? Y Yo respondí desde mi transparente ingenuidad - Muy bien, excelente! De inmediato salieron tres parejas de Pesimismo y Fatalidad preguntando. Excelente? Muy bien? Y es que usted no hace mercado? Usted no toma café con leche? Usted no se viste? Usted no se echa una de vez en cuando o es que acaso usted tampoco se enferma? 

Aplicándoles un poco de pe ene ele les respondí que todo eso estaba malo, pero que como yo no tengo poder para modificarlo lo dejo así; pero lo que sí puedo modificar es mi estado y yo había decidido estar BIEN. Argumentaciones vanas porque ya estas parejas tenías doctorados en desaliento y clausura de posibilidades.

Así que, en aras de cerrarle las salidas a la quejumbrosa pareja, es preferible responder con un adverbio de lugar, del tipo:

-         Ahí!
-         Aquí!
-         Ahí vamos!
O con dos adverbios de lugar:
-         Ahí ahí!

O simplemente use un gesto de ambigua comodidad, acompañado de una corporalidad cerrada, en consonancia con una cara de arrecho cagando que evite cualquier penetración del enemigo en el área chica.

Por otro lado, si usted se encuentra en una cola de banco, de supermercado, de panadería o en cualquier tipo de colas, evite responder a comentarios hechos directamente a usted, los cuales en apariencia llevan la intención de socializar ingenuamente. Algunas de esas frases contienen expresiones como:

-         Hoy sí ha hecho calor!
-         Qué calor hace!
-         Y nada que comienzan las lluvias!
-         En Canadá hay incendios!
-         En Argentina hay inundaciones!
-         A qué hora será el corte hoy?
-         Ayer hizo más calor que nunca!
-         Mañana el calor será peor!
-         El Observatorio dice que hoy va llové!

Detrás de todas estas provocaciones lo más seguro es que esté un Fatalista o un Pesimista cazando incautos para iniciar una conversación desalentadora.  Su estrategia es incentivar cualquier respuesta que le permita saltar del calor al fenómeno de El Niño; ya en El Niño, entonces negar la existencia de tal fenómeno; de aquí saltar a las Termoeléctricas; de estas a la falta de inversiones y a partir de aquí ya usted estará en las fauces del desaliento. Así que lo mejor es mantenerse imperturbable, como si el tinnitus no lo dejara escuchar. 

Sin embargo, los Fatalistas más duchos interpretan su silencio como la respuesta de un fanático pro-optimismo, así que no se extrañe que usted sea emplazado de inmediato a enseñar sus cartas de juego. Como dicen que el conflicto es mejor prevenirlo, entonces es mejor ser previsivo, así que antes invéntese una llamada telefónica y empiece a hablar pendejadas solo `por ese celular, así se le acabe el saldo.


Ah y recuerde siempre que el Pesimismo y la Fatalidad, ante dos opciones igual de desagradables, siempre su tendencia es a escoger ambas, así que ciérrele las puertas a esa pareja, es más.