viernes, 27 de mayo de 2016

“La de Venezuela es una Dictadura de Quinta Generación” Albert Rivera



 De vuelta a su madre patria, el político español ha emitido una declaración oficial sobre su fructífero viaje a las Indias Occidentales, específicamente a Venezuela, que para qué les cuento. Es mejor que se enteren por vosotros mismos.

“He regresado sano y salvo, salve el Rey! luego de un stresante viaje a la peor de las dictaduras que hay y que pueda existir en el mundo entero, como lo es la dictadura que tiene Nicolás Maduro en esa triste nación que es Venezuela. Por más que os diga, tal vez no lleguéis a comprender la magnitud de este nefasto régimen.

Imagínense que cuando llegamos todo se veía en completa calma, pero nosotros sabíamos que de un momento a otro vendrían los problemas. En el aeropuerto nos esperaban nuestros amigos los demócratas, en  total estado de tensión. El régimen, para confundirnos, mandó  una veintena de periodistas, la mayoría de ellos adherentes al dictador, pero camaflujeados con trajes de fablistanes civilizados, lo que aumentaba más la sospecha de que algo grande estaban tramando. Y, claro, uno no les manifestaba miedo, hombre, pero por dentro intuía que de sopetón  comenzaría la atroz represión. Nos habían advertido de un tal Mango, una tal Llanfrancis y un tal Ricardo, quienes en las entrevistas dispararían ráfagas de inentendibles preguntas, quienes aparecerían sin ton, ni so, y ay Dios!. Afortunadamente, por lo menos en el aeropuerto, no se hicieron presentes, aunque más de uno se me pareció a esos badulaques.

Luego de pasar este duro momento comenzó la subida, como dicen los caraqueños, a Caracas. Lilian tuvo la precaución de hacernos acompañar por unas treinta camionetas blindadas que nos rodeaban y protegían del inminente ataque que estábamos a punto de sufrir. La tortura continuó cuando entrando en unos de los túneles, éste quedó sin luz. Yo me dije sonamos, este es el momento del ataque. Así que en tinieblas comenzamos la travesía a través del túnel. Lilian trataba de calmarme sobándome la pierna, diciéndome             “tranquilo, chiquito, que tenemos nuestra gente alrededor, primero los matan a ellos” y aquello me ponía los nervios a reventar, ya que comenzaba a hablarse de muertos. En el coche alguien me dio un poco de agua de valeriana, la que me ayudó a disipar un poco las mariposas del estómago. El régimen sabe muy bien lo que hace, pensaba repetidamente.

En la autopista el tráfico lo detenían adrede. Pasábamos momentos detenidos en sospechosas colas. Motorizados merodeaban entre las camionetas y gente con bidones como con gasolina, caminaban por las orillas de la autopista, en actitud extraña. Otras veces las señales de advertencias se hacían evidentes. Desde arriba, cientos de drones disfrazados de zamuros, espiaban todos nuestros movimientos.

Ya en Caracas un autobús cargado de pobretones se nos encimó y con el vidrio apenas un dedito abajo, pudimos escuchar cuando con mensajes subliminales a través de canciones nos advertían “vigilándote vengo como el águila, como el águila vengo vigilándote”. No podía ser casualidad. Se trataba de una nueva forma de amedrentamiento que ni en la peor de las dictaduras, como la de Lula en Brasil o la de Evo Morales en Bolivia, había practicado. He de confesarles que en todo momento estuvo en mi mente la posibilidad de regresar a casa. Temprano comprendí que la estrategia del régimen es cansarte, agotarte psicológicamente, convertirte en un estropajo para después, ya sin fuerzas, dar el zarpazo final. Apenas tenía una hora en Venezuela y ya el régimen me tenía mamao.

Fuimos directamente a la Asamblea Venezolana a hacer la alocución que tenía planteada. Aquí el régimen nos negó la posibilidad de dirigirnos en cadena nacional de radio y televisión a los venezolanos, de manera que pudieran saber de primera mano lo que estaba pasando en su país. Hasta a Ramos Allup lo han pasado 45 minutos en cadena, en cambio que a un invitado del primer mundo se la negaban. Esto evidencia hasta qué punto está presente la Ley Mordaza en Venezuela, a la cual siempre nos hemos opuesto.

En este foro, en el que vivimos de plenas libertades democráticas, denuncio que fuimos asediados mientras estuvimos en el Congreso. Primero nos lanzaron una manada de sopotocientas mujeres. Eso tiene una lectura. Eso significa que quienes te van a agredir son damas, de manera que te dé vergüenza defenderte y entonces te dejéis demoler por ellas; al mismo tiempo constituye una forma de agresión genérica, lo cual es repudiado en las naciones cultas como España.

Mientras estuvimos la Asamblea Venezolana fue sistemáticamente rodeada por partidarios del sátrapa Maduro, quien en ningún momento dio la cara y peor aún, nunca hizo mención de mi presencia en esa Capitanía General, signo inequívoco que se está en presencia de una tiranía de las más sanguinarias.

Os aseguro, la de Maduro es una tiranía de Quinta Generación, lo que llamamos hoy día una Dictadura Blanda, o Tiranía de Colores, en apariencia, porque en este tipo de dictaduras gobierna la apariencia: aparentemente no te reprimen, pero te van desollando la piel con la alta temperatura a que eres sometido; aparentemente te dejan hablar libremente, pero hay cientos de micrófonos grabando todas tus alocuciones; aparentemente hay libertad de reunión, pero te prohíben reunirte con Leopoldo y  Ceballos; aparentemente hay libertad de pensamiento, pero mientras estás allí no haces otra cosa que pensar en Maduro y en un tal Cabello, quien pasó toda la noche del Miércoles amenazándome con meterme un mazo mejor no les digo por dónde y hasta de ridículo me calificó.

Finalmente fui llevado, después de tres días tortuosos, al aeropuerto para regresar a esta tierra de democracia, inclusión e igualdad, luego de sentirme desahuciado y en tierras extrañas y, si me preguntaran cuál será mi próximo paso, os diría que descansar, descansar con curas de sueños incluídas de este mal trato psicológico al que fui sometido, para luego trasladarme hasta el Tribunal de la Haya para interponer una denuncia por tratos crueles e inhumanos y declarar a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para la humanidad, en verdad os juro ….."