…Bandera
de Venezuela
por
qué yo te quiero tanto”
La Bandera Nacional
junto al Escudo Nacional y al Himno Nacional constituyen los Símbolos de la
Patria de la República Bolivariana de Venezuela, de aquella de cuya
independencia sabemos que se produjo en definitiva en el Campo de Carabobo un
24 de Junio de 1821.
La Bandera como símbolo
patrio encierra toda una significación para el venezolano, por cuya causa es
necesario en primer lugar comenzar por definir qué se entiende por símbolo.
En este sentido, el DRAE nos lo define como:
“Elemento u objeto material que, por convención o asociación, se considera
representativo de una entidad, de una idea, de una cierta condición, etc.”
El símbolo, entonces,
es la síntesis de todo cuanto esa entidad representa para los seres humanos que
se sienten identificados con ese distintivo; de manera que ese símbolo agrupa
toda la experiencia física e inmaterial que el individuo aprehende desde que
nace y la hace suya para toda la vida.
Si bien por un lado el Himno Nacional simboliza
la epopeya de nuestros guerreros por darnos y en efecto lograr la libertad, en
La Bandera Nacional se concentra toda la representación inmaterial que nos siembra
en este territorio, que nos hace sentir nuestra la patria en que vivimos, que
nos hace amarla y venerarla, que nos hace consentirla como al menor de los
hijos y que por ella daríamos la vida si fuera necesario, porque ella simboliza
la Patria que nos parió, nos cobijó y nos seguirá cobijando mientras vivamos y
aún después, a ella volveremos hecho polvo.
En la Bandera Nacional,
que es algo más que el amarillo, el azul y el rojo, y las ocho estrellas está
concentrada todos los hechos que caracterizan EN EXCLUSIVO al venezolano.
En ella yace el maruto
que nos guardaron cuando nacimos, los frondosos mangos de nuestros grandes
solares, la zapoara o cualquiera de los otros peces de las regiones y
localidades; la chicha andina y la chicha criolla; el duérmete mi niño con la música del Gloria al Bravo Pueblo, el
trompo, la zaranda, las pichas o metras, el volador o papagallo, el boliche o
perinola, Caracas y Magallanes, los chimi chimitos, tá bueno Yamaray,
Chiriguare, la gaita zuliana y el galerón margariteño, el pájaro guarandol, el
carite, la guacharaca y la culebra; los cantos de ordeño, los de faena y los de
arrullo; el Calipso, el merengue venezolano, el joropo oriental, el de la
costa, el golpe estribillo. En la Bandera Nacional está implícito el sancocho e
mondongo, el picadillo barinés, el sancocho a la oriental, el nervioso; está
allí también el café recién colao, el guayoyito, el marrón, el negrito, el
marrón largo, el marrón corto, el marrón claro y también el oscuro, el negro
largo y el negro corto. También forman parte de la simbología implícita en la
Bandera Nacional la arepa, la arepa dulce y abombada, la arepa frita, la cachapa,
el bollo e maíz tierno, el agua e maíz. Del mismo modo la escuela, la de dos
turnos, el guardapolvo, las alpargatas, los guachicones, el liquiliqui, los actos culturales, el lunes
cívico; las hallacas, el pan de jamón, el pernil, la ensalada de gallina; en
intercambio de regalos, el compadre y comadre, el amigo secreto; la ere, 40
matas, concha escondía, la semana, la gallinita ciega y hasta el queto y la
piragua. Nadie es más dueño de todo eso que un venezolano.
Pudiera continuar con
una lista interminable de cosas que conforman nuestra identidad como
venezolanos y que están concentrada en ese trapo tricolor y de ocho estrellas
que es nuestra Bandera Nacional, cosa que sería demasiado tediosa para los
fines de este trabajo se propone.
Entonces esa Bandera
Nacional convoca todos nuestros afectos, todas nuestras lealtades, todas
nuestras fidelidades, porque justamente, en ella se resume toda nuestra idiosincrasia,
todo nuestro acervo cultural. Ella representa toda nuestra nacionalidad,
nuestra razón de ser como ciudadanos de este mundo.
Ahora bien, para los
ciudadanos del mundo, éstos que compraron el cuento de la aldea global, todo este discurso pudiera verse como un exceso de comeflorcismo o de una gran exhibición
de cursilería. En ese caso la noticia que les tengo es que, si hay algo verdaderamente universal es
el amor que absolutamente todos los países del orbe profesan por la bandera de su
respectiva nación, y esta regla carece fehacientemente de
excepción alguna.
Y ello se manifiesta de
lúcida manera cuando en el concierto mundial se reúnen todas las naciones del
planeta en un organismo, por ejemplo, como Naciones Unidas. Cualquiera puede
ver que allì todos los países tienen su bandera; que cada bandera tiene un
sitio, su sitio, tanto encima de los mesones, como detrás de los dignatarios.
En esos cónclaves, más
importante incluso que los mismos dignatarios, es la Bandera que representa a
cada país, por lo que existe un protocolo muy riguroso para asignar el lugar a
ocupar, bien sea que se organicen por orden alfabético, bien porque sea de
acuerdo a la antigüedad o bien porque sea por orden de llegada al evento;
cualquiera que sea el orden el mismo es respetado con celo.
Por ejemplo las
banderas siempre deben colocarse en el lado derecho de los dignatarios. Una
bandera a la izquierda o en el centro es considerado una ofensa para el país,
lo cual puede desatar cualquier tipo de conflicto de consecuencias que pueden
llegar a ser de suma gravedad.
De tal manera que todos
los países del mundo han consensuado el uso de las banderas y en tal sentido
existe una norma severa que rige su utilización, lo mismo sea en una
conferencia, que en una cena, que en una relación bilateral, en un carro y
hasta incluso a pie.
Todo ello se debe a que
la Bandera de cada nación representa la soberanía de la nación, ya que encarna
ese entramado inmaterial del cual hemos estado hablando, por lo tanto a ella se
debe tratar con dignidad y ofrendarle respeto, tanto los connacionales, lo
mismo que cualquier extranjero. Así como la sede de una Embajada representa el
territorio del país en el extranjero por lo que cuyo establecimiento debe ser
inviolable, la bandera en el concierto de las naciones representa la Soberanía
de cada país.
En esta línea de
pensamiento, entonces, el uso inadecuado de la Bandera Nacional de Venezuela,
en este caso, constituye una afrenta, no contra el gobierno, no, ya que el
gobierno está compuesto por unas pocas decenas de ciudadanos, sino contra los
30 millones de venezolanos que habitan en el país y aún para que los viven
fuera y que no han renunciado a su nacionalidad, sean del color que sea; sean
de la religión que sea; sean de la preferencia política que sea, porque cuando
se corrompe y trivializa el uso de la Bandera Nacional se está atentando contra
el ADN de cada venezolano.
De esta manera cuando
alguien a manera de protesta invierte o voltea o pone al revés la Bandera
Nacional como un tal pedido de auxilio, el cual dicho sea de paso no está
documentado en ninguna literatura de suficiente autoridad, no está haciendo
otra cosa que invitar a un extranjero a que le viole su Soberanía y sin con
suerte, con muy mala suerte por cierto, consigue el extranjero que lo ayude a
poner la bandera al derecho, entonces el país estará perdiendo su libre
albedrío porque de seguro esa nueva bandera estará marcada con la impronta del
salvador foráneo.
Por otro lado y ya
hablando del menudeo de esta cuestión, ningún país ha recibido ayuda de otro
país porque haya visto la bandera al revés y cual Robin Hood haya ido en ayuda
del indefenso y débil solicitante. Lo que en cambio sí se han visto es que
producto de esa ayuda muchas veces NO
solicitada, el ayudante haya arrasado con todo, porque es que en la guerra ….no hay almuerzo gratis.
Es decisión de cada
quien aplaudir al que ofrece su bandera para que sea profanada por un
extranjero, o al contrario sumarse a la cruzada por mantenerla incólume, libre
de trazas foráneas.
Por lo pronto, como a
mi me mecieron mis hermanas mayores, en el chinchorro de moriche de mi papá,
cantándome la música que nos congregaba a todos, yo me despido cantando esa
canción, no ya de cuna, que de sola escucharla me insufla el ánimo de
nacionalismo y me hace sentir humilde, pero orgullosamente, más venezolano:
Digo con mi canto
lo que yo aprendí en la escuela
Bandera de Venezuela
por qué yo te quiero tanto.
lo que yo aprendí en la escuela
Bandera de Venezuela
por qué yo te quiero tanto.
(Nombre original “(Amalia”)
L: Leoncio Martínez
M: F. de Paula Aguirre
M: F. de Paula Aguirre
Canta claro
maraquero,
canta los amores míos
en la voz de los corríos
el joropo del llanero,
el joropo del llanero.
canta los amores míos
en la voz de los corríos
el joropo del llanero,
el joropo del llanero.
Alma, luz de mis canciones,
en mis notas se destaca
el reír de las maracas
y del arpa los bordones,
y del aspa los bordones.
en mis notas se destaca
el reír de las maracas
y del arpa los bordones,
y del aspa los bordones.
Sufro tanto con mi mal,
de ternuras y de amor,
tengo el temple del puñal
y el trinar del ruiseñor.
de ternuras y de amor,
tengo el temple del puñal
y el trinar del ruiseñor.
Para cantar la chipola
mi mano temblando amarra
al cuello de mi guitarra
tres cintas en una sola.
mi mano temblando amarra
al cuello de mi guitarra
tres cintas en una sola.
Amarillo color de oro,
azul de la azul esfera
y rojo que reverbera
como la sangre del toro.
azul de la azul esfera
y rojo que reverbera
como la sangre del toro.
Digo
con mi canto
lo que yo aprendí en la escuela
bandera de Venezuela
por qué yo te quiero tanto. (Bis)
lo que yo aprendí en la escuela
bandera de Venezuela
por qué yo te quiero tanto. (Bis)