(O
lo que aconsejaría el Presidente Chávez)
En Enero de 2004 nos llegó
a la Universidad de Guayana una invitación del Ministerio de Ciencia y
Tecnología para un taller a realizarse el Sábado 24 del mismo mes en la sede
del Ministerio en la esquina de El Chorro, ubicado en el centro de Caracas, en
donde entre otras cosas, se efectuaría el 1er Encuentro del Grupo Trabuco, o lo que es lo mismo
Grupo de Trabajadores Bolivarianos
Unidos por el Conocimiento.
Eran momentos de búsqueda
de soluciones urgente, en los que se puso muy en boga aquella máxima
robinsoniana de “O inventamos o erramos”. Estaba aún caliente en la piel los
sinsabores del golpe de Estado de Abril de 2002 y el país no se acababa de
enrumbar por una senda de logros en lo económico y social, de tal manera que la
ciencia y la tecnología presente en las universidades estaban siendo llamadas a
dar su aporte.
Fue enviada por parte
de nuestra universidad una representación de tres profesores, entre los que se
encontraban los profesores Angel Alberto Berroterán, Juan José Romero y quien
suscribe esta crónica.
Tempranito esa mañana
nos conseguimos en la céntrica esquina capitalina en compañía de más de un
centenar de invitados de todas las universidades del país. La profesora Yadira
Córdova y el asesor del Ministerio, mi dilecto amigo Eddy Córdova Córcega nos
dieron la bienvenida en la planta baja del edificio sede y quienes al notar la
nutrida presencia de participantes se vieron en la necesidad de abortar
tempranamente la sorpresa que nos tenían: que el Taller se realizaría nada más
y nada menos que en el Palacio de Miraflores.
Así que, luego de un
ligero desayuno tomado en las adyacencias del ministerio, marchamos sobre
Miraflores al grito de, esta vez simpático, “vamos pa´Miraflores” el cual hacía
recordar el momento aciago en que aquel contralmirante desde el Edificio de
PDVSA Chuao, conminaba a una enardecida cual enceguecida muchedumbre, a marchar
sobre Miraflores. Sólo que esta vez no había nada que temer.
Al llegar al Palacio de
Miraflores fuimos chequeados en la recepción y de allí enviados directamente al
Salón Ayacucho en donde se realizaría el Taller. Al pasar por los pasillos
buscábamos ingenuamente al Comandante Chávez con la esperanza de que nos diera
un saludo, si es que no era mucha presunción de nuestra parte poder estrechar
su mano.
Al llegar al Salón
Ayacucho nos organizamos en equipos de trabajo, siempre bajo la orientación de
la ministra Yadira Córdova y de mi profesor en el Glorioso Pedagógico de
Maturin, Eddy Córdova. Una de las cosas que nos advirtieron fue que el
Presidente Chávez no tenía en su agenda
asistir al taller, de manera que tempranamente cortaron el nacimiento de
cualquier expectativa.
La Ministra Córdova en
sus palabras de apertura dejaría claro el propósito del Taller al declarar que “nos hemos planteado que la Ciencia y la
Tecnología tiene que ser un instrumento fundamental para romper con la
dependencia tecnológica, tiene que convertirse en un instrumento que arroje
conocimiento para avanzar en el eje de la inclusión social y para producir
criterios que garanticen profundizar la soberanía y la seguridad nacional así
como para profundizar la democracia participativa.”
Así que ahí en el
histórico Salón Ayacucho, en el que meses atrás se instaló un gobierno de
facto, pasamos todo el día en discusiones sobre cómo la ciencia y la tecnología
desde las universidades, podían aportar al desarrollo del modelo de desarrollo
que se impulsaba desde el gobierno; la
Ciencia y la Tecnología en el actual proceso de cambio en la Revolución
Bolivariana de Venezuela, La Ciencia, la Tecnología y el papel del sector
universitario en el Proceso Revolucionario Bolivariano y El rol de TRABUCO en la construcción de nuevos
espacios de Ciencia, Tecnología e Innovación para la transformación del país. https://www.aporrea.org/actualidad/n13387.html
Ya cerca de las 4 de la
tarde comenzamos a organizar las presentaciones de los resultados obtenidos en
los equipos de trabajo. Como a esa hora nos visitó un perro pastor alemán
acompañado de su mentor, un joven al que llevábamos tiempo viendo en
televisión, el que comenzó a olfatear los objetos que se encontraban en la mesa
principal del salón, la cual no fue utilizada por los asistentes al evento; mientras
el joven revisaba papeles, lápices y bolígrafos. Alguien de la audiencia no
pudo soportar la emoción y gritó “Viene
Chávez”! Inmediatamente todos nos pusimos mosca.
En efecto, al ratico
apareció el Comandante Chávez por la puertica esa que está detrás del pódium de
oradores, desde donde un espontáneo
vociferaba dos años antes “se suspenden de sus cargos al Contralor y al
Presidente del Tribunal Supremo de Justiciaaaaa.”
Al llegar el Presidente
Chávez nos advertiría de entrada:
- Sólo vengo a saludarlos, ya que me estoy
robando 10 minutos porque estamos en Consejo de Ministros y me están esperando.
Agradecidos estábamos
todos de ese robo.
El Presidente se sentó
luego a escuchar las presentaciones, que para el momento que les cuento estaba
haciendo mi hermano Eddy Córdova, asesor del Ministerio de Ciencia y
Tecnología.
Chávez no pudo estar
demasiado tiempo callado, hasta que interrumpió a Eddy diciéndole:
- - Permíteme un momento, Eddy!
- Con gusto, señor Presidente!
Y de ahí en adelante la
palabra fue de él.
- - Miren, ustedes son científicos, verdad?
Bueno, a mi me gusta mucho la ciencia, los métodos, Descartes; Mario Bunge, la
ciencia, su método y su filosofía; me gustan los experimentos, los estudios
científicos, etc. Sólo que no a todo se le puede aplicar el método científico
porque si no uno el político estaría frito. Porque no es lo mismo la aplicación
del método científico en la ciencia y valga la redundancia, que en la política,
que es otra ciencia, pero es una ciencia menos científica. Ustedes me entienden.
- - Bueno, miren, entonces yo tenía unos
asesores científicos cuando comenzamos a pensar en la alfabetización del
pueblo. Y entonces yo les preguntaba “cuántos creen ustedes que podemos alfabetizar”?
Y entonces ellos se reunían, aplicaban sus métodos y venían y me decían “Presidente,
podemos alfabetizar 50 mil personas por año”. Como una gran cosa! Entonces yo
los mandaba otra vez a sacar cuentas a sus laboratorios.
-
- A los 15 días regresaban. “Presidente,
haciendo las cosas rápido y forzando la distribución de la curva normal y
aplicando las fórmulas matemáticas para estos casos, la buena noticia es que
podemos alfabetizar a tenor de 100 mil personas por año”.
Y
los mandaba otra vez para sus laboratorios.
-- - Miren, si alfabetizamos 100 mil personas
por año y son aproximadamente 1 millón 500 mil, vamos a pasar 15 años en este
problema. Aquí me va a agarrar el 2021 alfabetizando gente y yo prometiendo cosas
que no puedo cumplir. No, señor, tenemos que alfabetizar a toda esa gente en
máximo un año.”
- Entonces se llevaban las manos a la
cabeza y exclamaban “eso es imposible. Eso
no da por ninguna parte”. Y venía yo y los devolvía para sus laboratorios … a
echá números.
- - Qué fue lo que pasó? Nada, que hoy es …
Qué día es que es hoy, Eddy? 24 de Enero
de 2004, señor Presidente! Hoy es 24 de Enero de 2004 y comenzamos con el
programa el 1ero de Junio del año pasado y a la fecha hemos alfabetizado a un
millón 500 mil compatriotas ….en sólo 7 meses, un poquito menos de 7 meses.
- - Si yo me hubiese conformado con lo que
me decían los científicos que se podía hacer, bueno, me hubiesen tumbado una
vez y otra vez y me agarraría el 2021 año en el que me iré pa´las sabanas de
Barinas, alfabetizando compatriotas.
- Entonces, vuelvo a donde comenzamos. Los
políticos no nos podemos conformar sólo con la ciencia. Es lo que yo llamo “meterle al loco”. Los políticos
debemos “meterle al loco”. Si yo no
le hubiera metido al loco jamás hubiésemos alcanzado la meta. Entonces la
fórmula es por un lado el método científico, pero por el otro “meterle al loco”. Si ustedes aplican
sólo el método científico, no van a poder resolver los problemas sociales. Pero
si ustedes aplican el método científico y además también le meten al loco, les
aseguro que el éxito está garantizado.
Así pasaron tres
agradables horas (había venido por 10 minutos) en compañía del Presidente
Chávez, escuchando éste y otros cuentos, de cómo resolver problemas reales por vías inexploradas e inimaginadas por la
ciencia.
No sé si el hoy
Presidente Maduro estaría por allí cerca escuchando al Comandante Eterno; pero
si no lo estaba me permito decirle que en las actuales circunstancias que vive
la nación, al acordarme de Chávez y tomando el abuso de aconsejarlo en base al
cuento anteriormente narrado, le diría:
“Presidente,
métale al loco”!