Generalmente y en razón
a la justicia, todas las acciones mal hechas, aquellas que se desvían de lo
socialmente correcto, deben merecer castigos proporcionales al tamaño del
perjuicio causado y dirigido directamente al malhechor.
Así, cuando un esposo
se pasa de listo y no hace lo correcto, la esposa lo castiga suspendiéndole las
salidas o dándole menos ración de aquello que más le gusta, o simplemente
racionándosela. Lo importante de este castigo es que guarda una
proporcionalidad uno a uno con la pena causada. Pasa en la vida!
En la política, cuando
un funcionario público del tipo alcalde, diputado, gobernador o Presidente de
la República, no lo hace bien, el pueblo tiene dos opciones: una, le aplica un
Referéndum Revocatorio para sacarlo de ahí, o dos, espera que se le cumpla el
mandato y en las nuevas elecciones no vota por él. Lo revoca, lo bota, lo
castiga votando por su rival. Aplica el llamado voto castigo. Es decir, e
insisto, es castigado el funcionario que no cumplió con las expectativas de sus
electores.
De esta manera si un
Gobernador la caga, el gran votante, como puede ser el caso del año 2017,
espera que se produzcan las elecciones y no vota por él; aunque el castigo,
generalmente en política, viene precedido por un gran malestar que es
fácilmente observable en las redes sociales. En este sentido si el Gobernador
lo hizo mal, a la siguiente elección no lo reeligen. Del mismo modo si se trata
de Alcalde, de un diputado o del mismísimo Presidente. Va pa´fuera, va fuera del aire!
Ahora cuando el funcionario
es un Ministro o cualquier otro ocupante de un cargo de los llamados de libre
nombramiento y remoción, entonces la presión social es la encargada de
informarle a su jefe que ese ministro, según sea el caso, está meando fuera del
perol. También debe ir fuera del aire!
Ahora bien, el caso que
nos ocupa es totalmente atípico, ya que a una serie de funcionarios o
servidores públicos, que lo venían haciendo bien; que iban a su trabajo todos
los días, porque los veíamos semanalmente en televisión; que trabajaban en
función de brindar al gran elector la mayor suma de felicidad posible; que se
batían semanalmente en duelos con unos adversarios que negaban cualquier
posibilidad al beneficio social; que no fallaron ni una sola vez a su trabajo y
que finalmente, estaban cumpliendo con el propósito para el cual fueron
seleccionados, fueron inmiscericordemente castigados, les dieron una pela, o
sea.
En este caso el elector
castigó e incluso, se auto-castigó, al no solamente apreciar o valorar el
trabajo que en su pro estaban realizando aquellos servidores públicos,
diputados para más señas, porque al negarles el voto favorecieron a otros que
no guardarían ningún tipo de lealtad para con ellos (los electores castigadores).
Por qué inmerecida
pela? Primero porque los diputados estaban haciendo correctamente su trabajo:
legislaban para ese pueblo, aprobaban créditos adicionales que complementaban
las necesidades no planificadas y las regiones estaban siendo atendidas por los
legisladores del patio. Además de ello, tenían un inmaculado récord de
asistencia al trabajo.
Sólo en el último año
del ejercicio de la pasada Asamblea Nacional se aprobaron en el parlamento 27
leyes y en cuanto a los presupuestariamente discutibles créditos adicionales,
se presentaron y aprobaron con la mayoría que tenía el oficialismo, 162
solicitudes, por un monto cercano al billón de bolívares.
Pero lo que más llama
la atención es que los ministerios que más recibieron recursos fueron aquellos
que desarrollan la inversión social del gobierno, por lo tanto, estos recursos
estaban dirigidos a las poblaciones más vulnerables.
En este sentido los
siguientes ministerios fueron los que más recursos recibieron: Ministerio de
Pueblos Indígenas, Ministerio de Agricultura y Tierras, Ministerio de Energía
Eléctrica, Ministerio de Ecosocialismo, Hábitat y Vivienda, Ministerio de
Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Ministerio de las Comunas,
Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y el Ministerio de los Sistemas
Penitenciarios. Algunos de ellos llegaron hasta cuatriplicar el presupuesto
asignado originalmente, lo cual pudiera hablar muy mal de los planificadores,
pero muy bien de la Asamblea Nacional, ya que les enderezó el entuerto.
Si de comparación se
tratara, hacer ese ejercicio entre los ocurrido en 2015 y lo que viene
ocurriendo en 2016, sería un acto de holgazanería intelectual, ya que por donde
se le mire no tiene comparación. Sin embargo podríamos decir que la primera ley
que presentó la oposición en su nuevo rol de legislador, fue la Ley de
Amnistía, la que de haber sido consentida por el TSJ, hubiese echado a la calle
a todos los criminales que diezmaron a la población chavista durante las
guarimbas de 2014 hacia abajo y los cuales se cuentan por centenas. La otra de
las leyes estrellas que presentarían
los opositores, sería la encargada de arrebatar sus viviendas al millón de
personas que recibieron sus títulos de propiedad de 2015 para atrás.
En el futuro debemos
aprender a identificar a quiénes debemos castigar con nuestro voto; pero, de no
ser posible, entonces si no estamos completamente claros, debemos identificar a
quiénes no debemos darle la pela, para no cometer el mismo error de los curas
que en la misa castigan con sus sermones a los asistentes, en nombre de
aquellos que no fueron al servicio ese día, es más.