sábado, 1 de junio de 2019

El marico en el habla del venezolano



En algunos países llamar a alguien marico constituye una ofensa del tamaño  de una demanda por daños y perjuicios (y también de prejuicios) por la exhibición de una conducta homofóbica, la cual podría dar lugar a unos cuantos meses de presidio, previa reparación crematística de los agraviados, así como tomar un curso de Control de la (Homo)fobia y una centena de horas de servicio comunitario.

Eso pasa en cualquier parte del planeta. Por ejemplo al bocazas  Oswaldo Guillén un periodista americano lo demandó por llamarlo marico. Eso fue un problema tan grande que hasta el Comisionado de Beisbol de las Grandes Ligas, que es como decir un 2do Presidente de EEUU, tuvo que intervenir para limar las asperezas que tiene Guillén en la cuenca de la boca.

Sin embargo, en Venezuela es muy común escuchar a la gente usando el vocablo en cualquier conversación; de hecho uno de los sustantivos comunes más utilizados en la jerga callejera es el mentado marico. “Mira, marico,  vas a estar en tu casa más tarde”? Aquí es usado como un dativo, viniendo a sustituir el nombre de la persona con quien se habla.

Pero también lo escuchamos en afirmaciones como “Tú sí eres marico”, en donde adquiere mayor compromiso ya que se trata de un adjetivo calificativo, el cual describe una cualidad del individuo.

En el habla juvenil es inusitadamente frecuente el empleo del marico para casi cualquier cosa, de hecho en una reunión de 10 amigos, todos, absolutamente todos, son maricos. Allí usted no encuentra un nombre propio, como Pedro, Juan, Miguel, Leonardo, Juan Carlos o Randy.  “Mira, marico. No, marico. Escúchame, marico. Marico, si tú no estabas ahí”. Es más, últimamente los muchachos en vez de llamarse José Luis, o Héctor José o Jorge Alejandro, se llaman es “marico guevón, es más, arico ueón”

Y saben una cosa? Hasta ahora no he visto a nadie bravo porque lo llamaron marico. No he visto a nadie interrumpir una de esas conversaciones tan interesante de los jóvenes de hoy en día para decir “a mí no me llames marico”. Cuando mucho se puede presentar un  jodedor que diga “un momento, ten la bondad y respeta: “señor marico”.
Lo que pasa es que el marico venezolano  -es más en la mayoría de los casos  no es marico, sino marisco, como los productos del mar, pues- no atañe a una condición sexual, no. No se trata de llamar a alguien afeminado, u homosexual, mucho menos gay.

Podríamos decir, entonces, que el marico venezolano es totalmente asexuado. Este marico del habla del venezolano es más bien un sinónimo de gafo, estúpido, bobo, tonto, menso, torpe. Si te dejaste atracar por un niño de 6 años, no faltará el que te reprenda “pero como  hay que ver que tú eres bien marico”. Pero también se presenta el caso del que se quiere pasar de vivo y al ser descubierto le dicen “no seas tú tan marico, a mi no me vas a joder”

Mis hermanos mayores se inventaron una explicación para aquellos que se ofendían y en consecuencia reclamaban cuando ellos (mis hermanos) les decían “no seas marico, vale”. Entonces ellos les decían “pero por qué te ofendes, si lo que te estoy dando es un consejo? Lo que te estoy diciendo es que no te vayas a meter a marico; no que ya lo seas”. Con esta explicación si no los convencían, al menos los mareaban y les quitaban las ganas de seguir mariqueando, perdón quise decir, reclamando!

El que no entendía los reclamos del periodista gringo era Ozzi Guillén, ya que proviniendo él de un país en el que marico es un sustantivo común para todos los venezolanos, le resultaba impensable que alguien pudiera  tomarse tan a pecho que le dijeran marico. El propio Guillén les decía que él era oriundo (no gerundio, filósofa de Vista al Sol) de un país en el que llamaban marico hasta al Presidente de la República y éste no se ponía bravo por eso. No obstante, esto no le bastó para evadirse del corto brazo de la justicia americana, que lo condenó al arrepentimiento público y a cadena perpetua de chalequeo.

Sin embargo,  con toda y su filosofía, Guillén se metería en nuevos y muy serios problemas  como  manager en los predios de Florida (EEUU), cuando al  referirse a Fidel Castro lo hiciera con su famoso I love this guy, lo cual motivó que fuera despedido de su cargo, lo que sería aprovechado por muchos venezolanos para decirle “eso te pasa pa´que no seas marico”, o sea …

Y último out, se acabó tu juego, Oswaldo!