jueves, 19 de marzo de 2015

El Gaudeamus Igitur:el himno que los académicos hicieron suyo. Héctor Acosta Martínez

Bien conocido es por quienes hacen vida en la Academia, sobre todo por aquellos que forman parte del expirante claustro universitario, que tradicionalmente en los Actos Solemnes de Grado, vale decir en las graduaciones, se acostumbra entonar por la coral de turno y con toda la afectación de rigor, El Gaudeamus Igitur, el que alguna vez y para siempre (¿?) ha sido llamado el himno de los universitarios.

 Resumidamente es bueno saber que este himno, escrito en Latín, lengua muerta contemporáneamente, y cantado en ese dialecto por quienes se montan en lo más alto del solemne presidium, es una inspiración musical cuyo autor se desconoce aún en nuestros días; sin embargo se sabe que fue usado por las universidades alemanas en primera instancia, a mediados del siglo XVIII. También ciertas cofradías estudiantiles (congregaciones de gustos peculiares) de Italia lo han hecho suyo y se atribuye al compositor alemán Johannes Brahms la más importante contribución a su difusión, al incluirla en su Obertura Académica para el momento de recibir un doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Brislau, motivo por el cual hay quienes, confundidos, le adjudican la autoría.

 Ahora bien, más allá de la historia, me interesa hurgar en la letra de la composición musical, para tratar de conocer los méritos que tiene esta obra para hacer de ella un himno sagrado en los eventos académicos a nivel del orbe, ya que se sabe que en Europa al igual que en América, el Gaudeamus se entona con igual devoción en las más importantes universidades; aunque, es bueno también saberlo, este melodía ha sido también adoptada por organizaciones distintas a las eminentemente universitarias, siendo éste un dato que nos hará falta en el análisis más adelante. Comienza el himno diciendo: Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus. (bis) Post iucundam iuventutem, post molestam senectutem, nos habebit humus. La traducción al español es la siguiente: Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes. Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra.
En mi criterio esta estrofa pudiera ser aplicada a cualquier estrato, entidad, institución, grupo o equipo, ya que en ella hay un bien defino propósito o exhortación a vivir alegremente la juventud, ya que luego tenemos que irremediablemente volver a la tierra. Igual puede ser considerado como un himno a la alegría o a la vida, es decir, no tiene por qué ser exclusivo de los universitarios.

 De esta manera, cuando los catedráticos en lo más alto de presidium alzan su mirada al cielo, y luego de una inspiración profunda, exhalan acompañando los cánticos de la coral “Ubi sunt qui ante nos in mundo fuere? Transite ad superos, vadite ad inferos, hos si vis videre”, lo que está expresando es ¿Dónde están los que antes que nosotros pasaron por el mundo? Subid al mundo de los cielos, descended a los infiernos, si queréis verlos. Igualmente, los méritos que hace esta estrofa son indiferentes para cada congregación que desee adoptarla.

 Por su parte la tercera estrofa es toda dedicada a la academia, es decir, a la universidad y dice así: “Vivat Academia, vivant professores. Vivat membrum quodlibet, vivant membra quaelibet, semper sint in flore”!. En español quedaría de la siguiente forma: Viva la Universidad, vivan los profesores. Vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan siempre. Donde se presentan ciertos problemas por el contenido nada académico de la estrofa es en la cuarta, ya que al decir “Vivant omnes virgines, faciles, formosae vivant et mulieres tenerae, amabiles bonae, laboriosae”, se están expresando elogios en los siguientes términos: Vivan todas las vírgenes, fáciles, hermosas! vivan también las mujeres tiernas, amables, buenas y trabajadoras!

 De las intenciones implícitas en el párrafo precedente se ha hablado en algunas universidades del planeta, dada la interpretación que abiertamente comporta las lisonjas a las mujeres vírgenes, fáciles y hermosas. Por ello en muchas de esas universidades han llegado a la decisión de obviar la estrofa anterior por su contenido carnavalesco o carnestolendo, al hacer alusión, sin lugar a dudas, a la fiesta de la carne. Pero tal vez por similar razón es que algunos sectores de la vida universitaria, identificados más con este tipo de celebraciones, han hecho del Gaudeamus su himno insignia, usándolo en todas sus reuniones y siendo entonado por quienes mayor status tienen dentro de esas organizaciones.

 En este sentido, existen en Italia, dentro de algunas universidades, las Goliardías que, como dije líneas arriba, representan grupos organizados y que aún siendo estudiantes, lo que en realidad los une es su afición por el manejo de la ironía, la disposición a ir en contra del orden establecido y su simpatía por la compañía femenina. De hecho, el sustantivo Goliardo deviene de los monjes o sacerdotes que llevaban una vida licenciosa, libertina, irregular; manifestándose en ellos un gusto irrefrenable por el vino, las tabernas, el juego, las mujeres y el amor. Por ello no es contradictorio que en la siguiente estrofa se haga exhortación a apurarse a vivir la vida mientras se pueda: “Vita nostra brevis est, breve finietur. Venit mors velociter, rapit nos atrociter, nemini parcetur” y cuyo significado es Nuestra vida es corta, en breve se acaba. Viene la muerte velozmente, nos arrastra cruelmente, no respeta a nadie.

 De las cinco estrofas siguientes, una más está dedicada a la academia y otra hace apenas referencia; sin embargo hay una que, en los tiempos que corren, pudiera ser políticamente inconveniente para unos, mientras que muy satisfactoria para otros, pero todo dependerá de la ecuación política del momento. Así, cuando el o la autoridad de la corte académica, ataviado con su traje litúrgico, entona solemnemente “Vivat et res publica, et qui illam regit. Vivat nostra civitas, Maecenatum charitas, quae nos hic protegit”, muy probablemente no lo hiciera si supiera que en realidad lo que está diciendo es Viva también el Estado, y quien lo dirige. Viva nuestra ciudad, y la generosidad de los mecenas que aquí nos acoge.
Sabrán algunas autoridades de algunas universidades venezolanas que en ese canto inconsciente, pero lleno de orgullo, por poder recitarlo de memoria y en perfecto latín, están dando vivas al Presidente de la República, como máximo representante del Estado, así como al Alcalde y al Gobernador? Obviarán esa estrofa en lo siguiente? Por supuesto que también se incorporarán otros tantos que de ahora en adelante entonarán esa estrofa con mucho más ahínco.

 Para el anecdotario popular queda inscrita la Universidad de Guayana como la primera en el país que se atrevió a quitarle al Gaudeamus Igitur su rol de Himno Oficial de los Actos de Grado; sin embargo la adicción de sus autoridades al pegajoso ritmo, hizo que fuera nuevamente ingresado como parte del repertorio que, de acuerdo a la costumbre, entona la coral de la Universidad antes de la clausura a motus propio.

 Sólo me resta decirles que este es sólo un ejercicio que he querido hacer ya que nos encontramos en un momento en que, lugar común, lo único que tenemos seguro es el cambio. Se me ocurre pensar, para terminar de dejar el camino abonado para la conversación, si no se identifica más con nuestro gentilicio latinoamericano el canto de Violeta Parra:


http://es.wikipedia.org/wiki/Gaudeamus_igitur http://personal.us.es/alporu/historia/gaudeamus.htm