domingo, 30 de agosto de 2015

El Medicánico de Caricuao

El País de Comiquita (1995)

El Medicánico de Caricuao



Esa mañana en el Ambulatorio de Caricuao todo el ambiente era de absoluta normalidad. Los médicos dedicados a sus quehaceres, pasaban sus consultas sin reportar ninguna novedad, porque hasta los apuñaleados del día eran casi todos los mismos de siempre.

En un pequeño consultorio se encontraba el Gineco-sexólogo esperando la entrada de su próxima paciente. Se extasiaba mirando al su alrededor con una sonrisa que a las claras denotaba la satisfacción de quien ve coronado sus esfuerzos con notables éxitos. A su espalda estaba el Título de Médico Cirujano expedido por una universidad nacional de reconocidos méritos. En otra de las paredes se podía ver un pequeño dibujo fotocopiado mil veces, alusivo a la responsabilidad en la entrega de los trabajos, con la trillada pregunta “¿Para cuándo dijo que lo quería?”. Más hacia la derecha estaba toda una pared tapizada de mujeres desnudas extraídas de diarios de vieja data, tal vez en franca referencia  a la sujeto-objeto de su profesión. A algunas de ellas alguien tuvo la travesura de pintarle bigotes, mientras que la mayoría presentaba manchas de grasa fibrosa. Un afiche de un indio mal encarado daba la bienvenida a la clientela o a los pacientes, lo mismo da, con una aseveración implacable: “Aquí se fía, cuando este indio se ría”. Todas estas ensoñaciones fueron interrumpidas cuando la enfermera hizo pasar a la siguiente paciente.

Luego de un breve relato que hiciera la humilde mujer acerca del motivo de la consulta, el galeno le ordenó:

-      - Métase detrás del biombo y póngase la braga azul que está allí con la abertura hacia el lado de adelante.

Pasados algunos segundos comenzaría la rutina del reconocimiento por el experto en la materia:

-      - Ahora móntese en el puente y me coloca una rueda aquí y la otra acá. Relájese, le voy a quitar las tapas de las cámaras para examinarla internamente. Muy bien! Anjá, este motor tiene muy poca lubricación, las trompas están totalmente secas, casi cristalizadas. Vamos a tener que rectificar las trompas, diagnosticaba y recetaba el especialista.

-      - Mire, doctor, no entiendo, dijo ella interrumpiendo el monólogo.
-      - No se preocupe, doñita, después irá entendiendo, la tranquilizó el médico.
-      
   - Doctor, interrumpió la señora antes de que cogiera mínimo otra vez, es que el tratamiento de la ultima vez no me prestó, dijo preocupada.
-      
-   - Qué le va a estar prestando, si es que aquí se ve a las claras que usted se puso a puyar este motor antes de tiempo, ni siquiera le dio tiempo a que emparejara, aseguró el galeno con vehemencia, para luego proseguir:
-     
    - Ahora le digo una cosa: si rectificamos este bloque y su esposo no rectifica cigüeñal no estamos haciendo nada!
-      
   - Y si me hago el tratamiento bien, doctor, ¿cómo cree usted que quede después?
-      
     - Usted puede salir a cero treinta, que es muy bueno para su edad, aseguró  el doctor, dándole mucha confianza a su paciente.
-      
      - Uhmm! Doctor, también siento sofocones cuando estoy en la intimidad, como que no me llegara suficiente aire, inquirió la dama en busca del sabio consejo.

-           - Es lógico, se ve que la bomba no está mandando y los filtros están tapados. Si no se puede conseguir una bomba nueva, tendremos que cambiarle el kit a esta vieja, afirmó mecánicamente el especialista.
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    - También, mi dóctor, tardo mucho en alcanzar el climax!
-     
    - Eso puede ser que tiene la mínima muy baja. Le aconsejo de todas maneras, que se caliente bien antes de comenzar a meter las velocidades.

   - Y fíjese bien si cuando mete retro le pasa lo mismo. Sería bueno que su esposo también se eche una chequeaita, porque pudiera ser que tenga una bujía enchumbá o que ya esté botando la segunda y hasta la tercera. Por si acaso, le voy a mandar a que se aplique en su parte, una poción de auto-médico y que se lubrique con la Fórmula 70-6, de Laboratorios SQ, le dice que le den de la penetrante,  especialmente preparada para estos casos, a razón de cinco octavos de pulgada antes de cada encendida, terminó aconsejando el cirujano.

Esta exhibición magistral de grandilocuencia médica hubo de ser interrumpida por el tropel de un grupo de hombres vestidos de negro, portando armas de todos los calibres, quienes arrestaron al presunto médico, bajo la certera sospecha que, se trataba de doctor, pero en automóviles; todo lo cual quedó al descubierto cuando uno de los policías arrancó el título de médico que pendía en la pared, quedando al descubierto el verdadero título, que no era otro que el de la CANATAME, o Cámara Nacional de Talleres Mecánicos del Distrito Federal y Estado Miranda, del cual era miembro el Medicánico de Caricuao. Unas abrazaderas y unos tirrás servirían de esposas para inmovilizar al truhán, el cual fue llevado en grúa hasta una chivera en Villa Zoila, en la cual pasará gran parte del resto de sus días.


viernes, 28 de agosto de 2015

#EMPASTELADOS


De lo que la Casa de Nariño no quiere que usted se dé cuenta!

La históricamente acartonada, parca, aristocrática y coherente diplomacia colombiana ha quedado desnuda al ser sorprendida por la decisión magistral del gobierno de Venezuela al decretar, intempestivamente, el cierre indefinido de la frontera con Colombia, en los seis municipios del Estado Táchira en los que comparten límites ambas naciones.

Al parecer tamaña decisión jamás fue imaginada por el gobierno de Nariño, el que no ha logrado recuperarse de ese gancho al hígado lanzado por el mandatario venezolano y avanza tambaleante y torpe, sumiéndose en un mar de contradicciones que los hacen lucir aturdidos y EMPASTELADOS.

Al dar inicio a las hostilidades, la Canciller María Angela Holguín fue la primera en tomar el micrófono para protestar la decisión soberana del gobierno venezolano y con el garbo que caracteriza a la almidonada diplomacia neogranadina exigir la inmediata derogación de la medida.

Las expresiones de las cancilleres contrastan enormemente
Para desgracia el orgullo aristocrático colombiano quedaría hecho trizas cuando 5 días más tarde la canciller se presentaría ante las cámaras internacionales con cara de gol en contra, reconociendo que “los paramilitares colombianos son una calamidad para Venezuela” y que “el contrabando de gasolina desangra a Venezuela”, así como el eufemísticamente llamado “diferencial cambiario”, que no es más que la manipulación monetaria que se hace en Cúcuta.

No habían pasado dos horas, cuando el Presidente Santos, en una alocución electorera, denunciaba la violación de los DDHH en las deportaciones, pasando por encima de la observación de su consulado en San Antonio del Táchira y del mea culpa confesado por la estirada jefa de la diplomacia santanderista. Para terminar de echar por tierra los acuerdos de la canciller, entonces llamó a consulta a su embajador. Más contradictorio y me muero, diría alguien por ahí.
Cual líder opositor, Santos prometió el cielo en Cúcuta



A este torneo de contradicciones, se sumó el colombiano Secretario General de la UNASUR, Ernesto Samper, quien en una primera instancia destacó "hace un año denunciamos el peligro de la intromisión de paramilitares colombianos en Venezuela. Hoy se confirma que es una realidad", para unas horas después solicitar la inmediata suspensión de las deportaciones, en un comunicado sospechosamente adjudicado a la Unión Suramericana de Naciones. 

Samper como Firulais: un pasito palante y un pasito pa trás

Así que, sabiendo del rechazo que tendría su declaración inicial en el medio diplomático cachaco, entonces reculó diciendo que "las deportaciones de colombianos desde Venezuela enrarecen el clima de opinión necesario para perseguir a los paramilitares colombianos que sí están traspasando las fronteras".

De esta manera, en la ya empastelada atmósfera parlamentaria del vecino país se hizo presente el nunca bien ponderado ex presidente de Colombia y Coordinador de la Mesa de Diálogos del año 2002 en Venezuela, César Gaviria, quien lanza en ristre ungió   a “revisar la permanencia de su gobierno en la Unasur”.
Finalmente, la indescifrable e imperturbable Canciller Holguín expresaría tajantemente que “Colombia no se va de la UNASUR”.
Así las cosas, habrá que esperar cuál será la nueva decisión del Presidente Santos en este empastelado asunto en que los metió el bachiller y chófer de autobús, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

lunes, 17 de agosto de 2015

Cursus Honorum: calidad política antigua!



Mirad a los romanos!


Las empresas, sean públicas o privadas, con mayor o menor énfasis siempre se han preocupado por la eficiencia de su procesos, de sus resultados y de su rentabilidad o efectividad o rendimiento, como quieran llamarlo.

 Aquellas que piensan mantenerse en el tiempo, se dedican a entrenar a su personal en técnicas gerenciales que garanticen el logro de la efectividad, pasando a través del tiempo en la instauración de modas que para el momento son el último avance en la materia. Así a través del tiempo se han anclado en la memoria de los gerentes términos como Gerencia por Resultados, Calidad Total, Planificación Estratégica, Reingeniería, Empowerment y etc etc. Todos ellos constituyen esfuerzos para mantener al talento humano de la organización con altos niveles de competencias, capaces éstas de suministrar el combustible de la eficacia.

En este sentido, las organizaciones productivas se preocupan porque se produzca el menor de los niveles de rotación posible, para lo cual crean planes de permanencia del mejor talento de la empresa, a través de la llamada planificación de carrera, la que pretende ofrecerle al trabajador una vida ordenada sistemáticamente dentro de la compañía. Todo esto no sería posible si, más que la prosecución, la empresa no se preocupara por la calidad de los productos o servicios que ofrecen.

Mientras esto ocurre en las organizaciones productivas, el sector burocrático de la vida del país, entiéndase por burocrático la Administración Pública y todo aquello que El Estado pone a depender de él, sufre los embates de su monstruoso crecimiento y la llegada de innumerables trabajadores que vienen a reforzar la presencia de un clientelismo político inconmensurable, en el que la Efectividad, la Eficiencia y la Eficacia no son sus preocupaciones, ya que su presencia no obedece a criterios de calidad, sino al cumplimiento de una determinada cuota de responsabilidad social que es la manera como El Estado representado por equis gobierno, se asigna como agradecimiento por favores recibidos.

En este sentido, a la cabeza de las instituciones del Estado y del estamento político muy pocas veces están funcionarios formados para ejercer a plena conciencia la función pública con propiedad, en el entendido que el trabajo burocrático no necesariamente debe ser sinónimo de ineficiencia, ya que el mismo es un desprendimiento de la función del alto gobierno que debe coadyuvar sinérgicamente al cumplimiento de los objetivos más tangibles y manejables del propio gobierno.

Del mismo modo a estos cargos se accede muchas veces por alguna actuación destacada que sus eventuales ocupantes han tenido en el sector de las artes, las ciencias, el deporte, la educación o en los propios derroteros del histrionismo político, que han llamado la atención de altos dignatarios de los partidos que han visto en ellos la forma de capitalizar la reciente fama adquirida por la emergente generación de relevo. Esto ha conllevado a que, por ejemplo, destacados deportistas, en algunos casos de alta competencia, sean sacados de sus nichos naturales y sean convertidos en ministros, lo que sin duda ha significado la pérdida de un gran valor deportivo y al propio tiempo la ganancia de un mal ministro, para desgracia de usuario de un determinado ministerio o de la población en general. Igual pasa cuando se convierte un cantante en ministro, o un estudiante en vicepresidente de algún asunto importante del Estado. Al final del cuento, el Estado, representado lógicamente por el alto Gobierno, combate la entropía generada por su actuación a través de interminables enroques en los que la ineficiencia es paseada  permanentemente a través de las distintas instituciones con que cuenta El Estado.

Todo esto no sería posible si la función burocrática en instituciones, alcaldías, ministerios, asamblea nacional, consejos legislativos regionales, etc., estuviera regida por principios de calidad adquiridos durante procesos sistemáticos de formación, tanto a nivel experiencial, como a nivel  de estudios diseñados para tales objetos.

Esto que pareciera algo utópico por la voracidad y velocidad de los tiempos que corren, en los que las coyunturas superan con creces lo puntual y esencial, fue lo que hicieron los romanos, por allá por los  años del período conocido como La República (509 adeC – 27 adeC), cuando legislaron, sí, léase bien, legislaron para que todos los ciudadanos que quisieran dedicarse a la política tuvieran una carrera escalonadamente planificada, etápica, ordenada, controlada; en la que ascender a la máxima magistratura implicaba haber pasado desde el escalón más bajo hasta ese último, durante un período de tiempo pactado en la ley.



En efecto en el año 180 adC, el Tribuno de la Plebe Lucio Vilio (Lucius Villius) crea la Ley Viillia Annalis, la cual disponía que, para evitar las carreras políticas excesivamente rápidas, por una parte, y para ganar sabiduría en el desempeño de cargos cada vez más complejos, por la otra, quedaría reglamentado en esta ley las edades mínimas de inicio de la carrera política y el intervalo mínimo en el ejercicio de las magistraturas de Consulado. A esta planificación de la carrera política de los romanos fue lo que se conoció como Cursus Honorum.


De esta manera el Cursus Honorum se convertiría para los romanos que seleccionaban la carrera política, en un patrón de obligatorio cumplimiento, en primera instancia, el que comenzaba con puestos de servicio público de menor complejidad, a los que se les iban incorporando en el transcurso de su desarrollo, otras funciones horizontales, para ir ganando experticia en el conocimiento de la vida política romana.

En orden de importancia ascendente el plan contemplaba la siguiente Ruta de Carrera:
    1)    Censores: encargados de revisar la lista de ciudadanos y senadores y de controlar las cuentas del Estado, promoviendo nuevos proyectos de obras públicas.
   2)    Cuestores: Tesorero, encargado de las finanzas y de pagar a los ejércitos; en las provincias están subordinados al gobernador.
     3) Ediles: Desempeñaba en la urbe funciones de orden público, como la distribución de alimentos. Serían los concejales actuales.


   4)    Pretores: Principalmente, tenían asignadas funciones relacionadas con la administración de justicia. Los pretores podían gobernar provincias menores y obtener el mando de legiones.
   5)    Cónsules: Eran equivalentes a jefes de gobierno, se encargaban de convocar y presidir las sesiones del Senado, de ejecutar la política exterior y de comandar los ejércitos en campaña.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_Villia_annalis

Con el advenimiento del Imperio Romano (27 adC –siglo V ddC) el Cursus Honorum fue perdiendo su esencia, ya que se iniciaría un período de conquistas y defensas de la territorialidad que conllevaría a la aparición de liderazgos basados en la fuerza del guerrero y en el ejercicio del poder omnímodo del líder triunfante, violándose de esta forma el orden en el ejercicio de la función pública; no obstante, aún en los tiempos de la República ya se venían a notando con cada vez más frecuencia el uso del tráfico de influencia para saltarse algunos peldaños, por parte de los amigos de los Cónsules y Dictadores.

Este ejercicio quedaría incompleto si no sirviera para reflexionar acerca de la importancia de este referente, Cursus Honorum, como marco teórico de una eventual organización de la carrera política en el país, sobre todo si tomamos en serio que una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos de este país, más que una necesidad es un clamor, es un imperativo y que para alcanzar ese estado de felicidad, hace falta algo más que declaraciones de buenas intenciones y mucho más que la creación de un ministerio que obviamente nunca funcionaría sin una cayapa a todos los niveles.

De esta manera y ya para finalizar, a riesgo de que me llamen romántico, además que no me molesta porque seguro que sí lo soy, me atrevería a proponer una carrera básica que contemple el siguiente Plan de Carrera de menor a mayor:

1.- Concejales o ediles
2.- Diputados de los parlamentos regionales
3.- Diputados del parlamento nacional
4.- Alcaldes
5.- Gobernadores
6.- Ministros/embajadores
7.- Vicepresidente de la República
8.- Presidente de la República

Además de ello, toda la Carrera Política debería estar avalada con la prosecución estudios en los Centros de Estudios de Políticas Públicas (CEPP), los cuales atenderán la demanda de la formación de Servidores Públicos a todos los niveles.

Para finalizar y adelantándome a un comentario cosmético que me es fácil pronosticar, concluyo como Giuseppe Verdi:

“RETORNA A LO ANTIGUO Y SERÁS MODERNO”

miércoles, 12 de agosto de 2015

Entrevista de lujo con Aquiles Nazoa

Emilio Santana, periodista
Aquiles Nazoa, escritor, periodista y humorista



HUMOR Y MAL HUMOR DE

AQUILES NAZOA
Por Emilio Santana



            MI ADMIRACIÓN por Aquiles Nazoa comenzó cuando yo estudiaba bachillerato en el Liceo Fermín Toro. Por esos años recuerdo que su famoso Ruiseñor de Catuche pasaba de mano en mano, y no había acto cultural en que alguno de nosotros no declamara sus versos. También por aquella época sabíamos que tradicionalmente en Venezuela ser buen humorista significaba ser perseguido, entre otras cosas. No es que todos lo presos fuesen humoristas, pero evidentemente, todos los buenos humoristas, tarde o temprano, terminaban en la cárcel. Más adelante, en el año 56, cuando estuve preso en la Seguridad Nacional junto con un grupo de fermintoreanos, en una noche de insomnio me enteré de que en el calabozo vecino estaba nuestro gran poeta y humorista. Recuerdo que muchos de los temores que sentía aquella noche fueron disipados por la conversación que sostuvimos con Aquiles. Tal era el grado de interés de sus palabras que hasta los mismos carceleros de guardia se acercaban a su celda para oírlo. Desde entonces comprendí que Aquiles Nazoa era y es un humorista de profunda significación humana, porque la sonrisa que produce su creación encierra un tono de protesta que evidencia que el buen humor no es reír por reír simplemente. Ahora estamos sentados frente a frente y nuestro dialogo surge fresco y espontáneo:

Santana:    De qué vive un humorista?

Aquiles: De un humorista, si es venezolano, se sabe siempre de qué muere; nunca de qué vive. Para los humoristas venezolanos sigue vigente aquello que aplicándolo a su propio caso escribió una vez Don Francisco de Quevedo: "El que escribe para comer, ni come ni escribe”.

Santana: Dentro de lo que se entiende por humorismo hay muchas categorías, como se sabe. ¿A qué rango de esa escala pertenecen los chistes colorados?

Aquiles: Hay entre esos cuentos algunos que la persona inteligente escucha con agrado porque en ellos el color, o sea la intención, pasa a un plano de interés muy secundario con respecto a sus méritos específicamente humorísticos, es decir, el ingenio en la elaboración, la lógica en el argumento, la agilidad en la exposición y la sorpresa en el desenlace. Pero hay muchos otros en los que, como en los malos cuadros, la violencia del color agobia a todos los otros valores, y esos ya no son chistes, sino actos de bajeza.

Santana: ¿Se podría señalar el aspecto sociológico del chiste colorado?

Aquiles:    En general, el gusto por los chistes colorados florece entre las comunidades sexualmente reprimidas y en los pueblos sometidos a represión política; en el primer caso compensan idealmente lo que no está permitido hacer, y en el segundo actúan como sucedáneo de lo que no está permitido decir.

Santana:    Ahora que el Presidente Leoni abandona Miraflores, ¿cómo sienten su ausencia los humoristas, ustedes que lo tuvieron tantos años como su personaje favorito?

Aquiles:    Su ausencia representa indudablemente para nosotros una pérdida irreparable. Pero lo gozado nadie nos lo quita. Además, el mayor encanto que tuvo para nosotros el Dr. Leoni, es decir sus admirables "galletas" lingüísticas, se había deteriorado últimamente. Puede decirse que para la fecha de su último discurso ya había recobrado completamente el habla. En todo caso, ante la operación de trasplante ocurrida, nosotros para consolarnos nos decimos lo que entre los "palos" del matrimonio le dice el novio a la recién adquirida: "señora, usted ha perdido una hija pero ha ganado un hijo".

Santana:    ¿Qué opinas de los cómicos y libretistas de televisión?

Aquiles: De los cómicos pienso que si ganaran menos serían mejores, aunque si fueran mejores probablemente ganarían menos. En cuanto a los libretistas, antes de responder a esa pregunta tendré que informarme. Yo no tenía noticias de que en la televisión hubiera libretistas...

Santana: ¿Cuándo está un humorista de mal humor?

Aquiles: Siempre, porque ése es el único del que puede disponer para sí. Cuando en la casa del humorista hay buen humor, lo vende.

Santana: ¿Ha decaído el buen humor entre nosotros?

Aquiles:    Ha decaído. A mí no me han vuelto a encarcelar desde 1956.

Santana:    ¿Se alegran o se entristecen los humoristas por la salida de los adecos y la elección del Dr. Caldera?

Aquiles:    La salida de los adecos nos entristece grandemente, porque con ellos se nos cierra nuestra fuente de inspiración más rica. Y en cuanto a la elección del doctor Caldera, tampoco nos alegramos, porque a nosotros no nos gusta alegrarnos del mal ajeno.

Santana:    ¿Qué opinas de tu hermano Aníbal como humorista?

Aquiles:    Que entre los escritores venezolanos de su generación, es el único al que puedo agradecerle que me trate como un hermano a pesar de la diferencia de edades. Ahora, por mucho que yo lo quiera y admire, en honor de la verdad histórica debo reconocer lealmente que el mérito que se atribuye a Aníbal de haber cruzado los Alpes con su ejército de elefantes, es un mérito que no le corresponde a él, sino a los elefantes.

Santana:    ¿Cuál es el mejor humorista venezolano? (Por favor, excluyendo a Aquiles Nazoa).

Aquiles:    En Venezuela actualmente no hay "el mejor" en ninguna categoría de la cultura. Aquí todo está condicionado para que nadie pase de cierto nivel de crecimiento. Precisamente, por eso es por lo que se dice que somos un país subdesarrollado. Estamos en pleno "boom" de la mediocridad.

Santana:    ¿Imagino que sí podrías mencionar nuestro peor humorista?

Aquiles:    El peor humorista es el que se dedica laboriosamente a labrarse su parcelita de fama como gracioso, una vez comprobada su absoluta incapacidad para caer en gracia.

Santana: ¿En cuál aspecto del género son más abundantes los peores humoristas?

Aquiles:    En los versos, especialmente en las columnas versificadas de la prensa. Pero esa ha cambiado mucho. En los últimos años nuestros periódicos han ido depurando la calidad de sus columnas, y hoy puede decirse que los poetas tenidos como peores han sido eliminados, quedando en su lugar únicamente los que demostraron ser más peores.

Santana: Si Job Pim y Leo vivieran en esta época, ¿cuántas veces hubieran estado en la Digepol?

Aquiles: Quizá ninguna. Bajo el sistema democrático no es precisamente la policía quien se encarga de neutralizar a los talentos subversivos. Eso lo logran con mayor eficacia los altos organismos y empresas representativas de la Cultura y de la libertad de Pensamiento. El sistema democrático posee un método de silenciamiento superior en eficacia al de los nazis, y mucho más elegante: consiste en concederle al escritor absoluta libertad para escribir lo que desee y asegurarles a los periódicos la libertad absoluta de no publicárselo. Los ricos de la sociedad democrática no liquidan por la violencia a los humoristas: los compran poniéndolos a recitar en sus sobremesas y permitiéndoles que los tuteen: los corrompen comprometiéndolos por la gratitud.

Santana:  Finalmente Aquiles, ¿por y para qué acostumbran los humoristas firmar con seudónimo?

Aquiles: Hay unos que lo usan con la misma finalidad que en el carnaval algunas señoras decentes se disfrazan de "negrita" y cogen la calle: para poder echar la casa por la ventana con toda impunidad; hay otros que lo emplean para compensar con un elemento de intriga la insustancialidad de lo que dicen. Entre dos clases de jabón, que son básicamente la misma combinación de sosa, potasa y sebo, la gente le atribuye propiedades superiores al que en vez de llamarse simplemente jabón se llama detergente. Otros humoristas adoptan el seudónimo para no violentar la armonía estilística de lo que dicen con la introducción de un elemento serio, como es el nombre propio: ese es el caso de Job Pim. Otros, en fin, acuden al seudónimo impulsados por un sentimiento de pudor literario, tal es la conciencia que tienen de que lo que escriben es malo.

Así es mi amigo Aquiles Nazoa, unas de miel y otras de hiel, como en definitiva somos todos.









martes, 11 de agosto de 2015

2da parte de Cuando la madurez llega así de esta manera ...


ELLAS  no se dan ni cuenta


Para este segunda crónica de la saga “Cuando la madurez llega así de esta manera …” me veo obligado, más por razones de responsabilidad etaria que por convencionalismos éticos, a descubrir la fuente o el origen de toda esta disertación que sobre la inefable y nunca bien recibida madurez, he venido haciendo en estas dos últimas entregas.

Es ético, ahora sí, decirles a todos cuantos me adjudican una erudición a prueba de plagios, que la realización de toda esta identificación acerca de la edad de placa del género humano, corresponde a autores y autoras que, a condición de mantenerlos en el anonimato, han vaciado toda su experiencia matrimonial en la caricaturización de la evolución ¿o involución? a  través de los años juntos, del ser humano con quien comparten parcela.

Fueron en primera instancia ELLAS, esposas de amigos, quienes dieron toda la información que permitió hacer un retrato a veces muy vívido, de esos indicios que delatan que los hombres se han vuelto interés-antes.

Lo que no esperaba era que de estas infidencias anónimas fueran a salir copias calcadas del comportamiento de algunos caballeros, quienes al verse  encarnados en esas precisiones, planearon una entrevista con este cronista para ya, a manera de venganza, echar el cuento que no se habían atrevido a contar en todos estos años.

De tal manera, entonces, que a partir de ahora, disfrutarán de pura Fenomenología de la Madurez en ELLAS, pero contada por ELLOS, quedando este servidor relevado de responsabilidades que pudieran acarrear demandas dentro del concilio conyugal.

Las infidencias de ELLOS a continuación y la manera como se presenta el actuación práctica:

- Si es cada vez más frecuente que te voltees hacia tu lado de cama y digas hacia el otro lado “la noche se hizo para dormir”

- Si te empeñas en que cuanta pastilla te manden a ti, tu marido también se las tome.

- Si también asumes que tienes próstata y te paras en la noche 10 veces a mear.

- Si ya comenzaste a decir en diciembre “este es el último año que en esta casa se hace  hallacas”

- Si resulta que ahora literalmente te meas de la risa

- Si tus uñas tomaron formas acanaladas

- Si bailas reagueton aplaudiendo

- Si después de usar toda la vida diminutos bikinis e hilos dentales en tu ropa interior descubres que “las atrapa peos son más higiénicas”

- Si en tu clóset aún conservas pelucas cuchita o quitipón  porque “algún día se pondrán de moda otra vez”

- Si te metes en un chat y cada vez que respondes a algo, ya ese algo  es extemporáneo.

- Si te la pasas mandando a otros a que te repiquen para ver dónde carajo dejaste el teléfono, que generalmente está en la cartera, la que ya habías revisado 10 veces.

- Si ahora detestas la depilación púbica porque … “esos vellos sirven de protección”

- Cuando en el fragor del amaranto tu pareja te hace una proposición y tú le respondes … “eso no lo hizo Dios para eso”
- Si llegas a una escalera eléctrica y justo allí dudas sobre cuál pie colocar primero.

- Si ver una foto en un celular se convierte en un torneo de “préstame tus lentes para verla”

- Si ya comenzaste a chantajear a tus hijos con que pasen el diciembre contigo porque “quién sabe si este es mi último año”

- Si al llegar a la caja registradora del supermercado comienzas a escoger con cuál tarjeta pagar, luego de haber comenzado a pagar con los cesta-ticket de tickets y comprobar que no eran suficientes.

- Si cuando vienes de viaje comienzas a sacar las llaves de tu casa justo en el último pueblo o ciudad antes de la tuya.

- Si tu marido da varias vueltas a la cuadra antes de salir definitivamente, en espera que te acuerdes o descubras lo que se te olvidó.

Finalmente, la noticia buena es que estas cosas le pasan a otros, nunca a uno.  Siempre los que se ponen viejos son los demás y cuando es uno, entonces es el último en enterarse, igual que el cacho, pues. Y si no lo creen, vean lo que le ocurrió a esta muchacha.


TÚ ESTABAS EN MI CLASE

¿No les ha pasado alguna vez que miran a otra persona de su misma edad y piensan: "seguramente yo no puedo parecer tan vieja"?

Bueno lean esta historia.
Mi nombre es Xiomara Marilú Ramos Suárez y estaba sentada en la sala de espera del dentista para mi primera consulta con él.

En la pared estaba colgado un diploma con su nombre completo.

De repente recordé a un muchacho alto, buen mozo, pelo negro que tenía el mismo nombre y que estaba en mi clase del Liceo como 42 años atrás.

¿Podría ser el mismo chico del cual yo estaba secretamente enamorada?

Pero después de verlo en el consultorio rápidamente deseché esos pensamientos. 

Este era un hombre pelón, canoso, su cara estaba llena de arrugas y lucía muy viejo como para haber sido mi compañero de clase.

Después de que examinó mis dientes le pregunté si había asistido al Liceo Agustín Aveledo, de La Pastora.

- Sí Sí!!! Sonrió con orgullo.

-¿Cuándo te graduaste? Le pregunté:

-En 1973, me contestó.

-¿Por qué me lo preguntas?

Y le dije:

-Tú estabas en mi clase!

El me miró detenidamente 

Y ENTONCES ESE FEO, CALVO, ARRUGADO, GORDO, BARRIGÓN, CANOSO, DECREPITO E INFELIZ, ME PREGUNTÓ:

-¿QUÉ MATERIA DABA USTED, PROFESORA?