De lo que la Casa de Nariño no quiere que usted se dé cuenta!
La históricamente
acartonada, parca, aristocrática y coherente diplomacia colombiana ha quedado
desnuda al ser sorprendida por la decisión magistral del gobierno de Venezuela
al decretar, intempestivamente, el cierre indefinido de la frontera con Colombia,
en los seis municipios del Estado Táchira en los que comparten límites ambas
naciones.
Al parecer tamaña
decisión jamás fue imaginada por el gobierno de Nariño, el que no ha logrado
recuperarse de ese gancho al hígado lanzado por el mandatario venezolano y
avanza tambaleante y torpe, sumiéndose en un mar de contradicciones que los
hacen lucir aturdidos y EMPASTELADOS.
Al dar inicio a las
hostilidades, la Canciller María Angela Holguín fue la primera en tomar el
micrófono para protestar la decisión soberana del gobierno venezolano y con el
garbo que caracteriza a la almidonada diplomacia neogranadina exigir la
inmediata derogación de la medida.
Las expresiones de las cancilleres contrastan enormemente |
Para desgracia el orgullo
aristocrático colombiano quedaría hecho trizas cuando 5 días más tarde la
canciller se presentaría ante las cámaras internacionales con cara de gol en
contra, reconociendo que “los paramilitares colombianos son una calamidad para
Venezuela” y que “el contrabando de gasolina desangra a Venezuela”, así como el
eufemísticamente llamado “diferencial cambiario”, que no es más que la
manipulación monetaria que se hace en Cúcuta.
No habían pasado dos
horas, cuando el Presidente Santos, en una alocución electorera, denunciaba la
violación de los DDHH en las deportaciones, pasando por encima de la
observación de su consulado en San Antonio del Táchira y del mea culpa confesado por la estirada jefa
de la diplomacia santanderista. Para terminar de echar por tierra los acuerdos
de la canciller, entonces llamó a consulta a su embajador. Más contradictorio y
me muero, diría alguien por ahí.
Cual líder opositor, Santos prometió el cielo en Cúcuta |
A este torneo de
contradicciones, se sumó el colombiano Secretario General de la UNASUR, Ernesto Samper, quien en una
primera instancia destacó "hace un año denunciamos el peligro
de la intromisión de paramilitares colombianos en Venezuela. Hoy se confirma
que es una realidad", para unas horas después solicitar la
inmediata suspensión de las deportaciones, en un comunicado sospechosamente
adjudicado a la Unión Suramericana de Naciones.
Samper como Firulais: un pasito palante y un pasito pa trás |
Así que, sabiendo del rechazo
que tendría su declaración inicial en el medio diplomático cachaco, entonces
reculó diciendo que "las deportaciones de colombianos
desde Venezuela enrarecen el clima de opinión necesario para perseguir a los
paramilitares colombianos que sí están traspasando las fronteras".
De esta manera, en la ya empastelada atmósfera parlamentaria del vecino
país se hizo presente el nunca bien ponderado ex presidente de Colombia y
Coordinador de la Mesa de Diálogos del año 2002 en Venezuela, César Gaviria,
quien lanza en ristre ungió a “revisar la permanencia de su gobierno en la
Unasur”.
Finalmente, la indescifrable e imperturbable Canciller Holguín
expresaría tajantemente que “Colombia no se va de la UNASUR”.
Así las cosas, habrá que esperar cuál será la nueva decisión del
Presidente Santos en este empastelado asunto en que los metió el bachiller y
chófer de autobús, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás
Maduro Moros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario