El Instituto de Salud Física y Mental de la Liga del
Bienestar y la Armonía (LIBAR), en
aras de proveer a sus miembros de nuevos recursos para el afrontamiento del Pesimismo y la Fatalidad, ha elaborado
una serie de recomendaciones con ejemplos bien comunes, a fin de que sus
asociados y público en general den pasos hacia el desenganche de la práctica
ignominiosa puesta en marcha por este insufrible casal.
Estos dos personajes
se encuentran entre nosotros a cada paso que damos, ambos con igual fuerza se
encargan de sembrar el hastío, la desesperanza y el desahucio, regándolos todos
los días hasta que florezca incluso en aquellos aparentemente inmunizados
contra el mal. Ambos, Pesimismo y
Fatalidad, corren en llave, cargando con ellos las herramientas que les
permita captar nuevos miembros para su desesperante club. Pesimismo y Fatalidad no pueden escuchar que alguien diga que hay
una luz al final del túnel, sin que salgan corriendo a apagarla.
Por estas razones, el prenombrado Instituto adscrito a LIBAR, observando que poco a poco Pesimismo y Fatalidad logran cada vez
más adeptos y ante la amenaza de que esto se convierta, como en efecto los
expertos lo vaticinan, en un problema de Salud Pública, ha decidido descruzar
los brazos y tomar cartas en el asunto, enseñándonos a permanecer alertas ante
los ataques que invariablemente venimos recibiendo de esta
letal pareja.
He aquí, entonces, algunas recomendaciones.
Cuando vaya a saludar a
alguien, evite hacerlo utilizando las siguientes preguntas:
-
Hola,
qué tal?
-
Qué
hubo?
-
Cómo
te ha ido?
-
Hola,
cómo estás?
-
Mira
y qué has hecho?
-
Cómo
la están pasando?
-
Y
cómo están por la casa?
-
Qué
es de tu vida?
-
Cómo
estuvo tu fin de semana?
-
Para
dónde vas en vacaciones?
-
Desde
cuándo no te echas una?
-
Qué
ha habido?
Estas preguntas abiertas, son esperadas por Pesimismo y Fatalidad para introducir a
través de sus respuestas, el veneno poderoso que le bajará las defensas y lo
hará ser presa fácil de la desesperanza. Si usted hace esas preguntas, lo más
probable es que reciba como respuestas: Y cómo va a estar si no se consigue
nada? Cómo me va a ir con esta carestía que vivimos? Qué voy a estar haciendo,
si eso era antes que todo lo compraba hecho! Pa dónde voy a ir con esta pata
hinchá? Qué me voy a estar echando una si la caja está a 10 mil? A cada una de
estas repreguntas o respuestas, le viene una letanía de argumentos
inhabilitantes e infartantes que detienen el avance de tu optimismo y que si
les das muchas vueltas, terminarás convencido que lo mejor es que el último
apague la luz.
Como de lo que se trata entonces es de cerrarle el paso al Pesimismo y la Fatalidad, entonces hay
que evitar saludos que contengan la posibilidad de una respuesta amplia.
En consecuencia, es
preferible usar frases cortas que no contengan preguntas abiertas, tales como:
-
Epa!
-
Épale!
-
Hola!
-
Éjele!
-
Ese
Nestor!
-
Esa
Yubirí!
-
Días!
Tardes! Noches! (Sin el Buenas)
-
Vecino!
-
Upa!
-
Eso!
Se debe evitar decir Buenos días, buenas tardes o buenas
noches, porque lo más seguro es que lo estén esperando para re-preguntarle “Qué
tienen de buenas”? Cierre esta entrada también.
En este mismo sentido,
si lo saludan con preguntas abiertas, evite al máximo responder con frases alentadoras,
como:
-
Excelente!
-
De
maravilla!
-
Maravilloso!
-
Bien!
-
Muy
bien!
-
De
bien pa´arriba!
-
Mejor
imposible!
-
Espléndido!
-
No
me quejo!
-
Si
hubiera alguien mejor que yo …!
Todas estas respuestas están TERMINANTEMENTE PROHIBIDAS y ya les digo por qué, con un ejemplo.
En estos días, antes de leer el Manual de LIBAR
sobre asuntos de Salud Pública, me saludaron con el acostumbrado Hola, Profe,
como está? Y Yo respondí desde mi transparente ingenuidad - Muy bien,
excelente! De inmediato salieron tres parejas de Pesimismo y Fatalidad preguntando. Excelente? Muy bien? Y es que
usted no hace mercado? Usted no toma café con leche? Usted no se viste? Usted
no se echa una de vez en cuando o es que acaso usted tampoco se enferma?
Aplicándoles
un poco de pe ene ele les respondí
que todo eso estaba malo, pero que como yo no tengo poder para modificarlo lo
dejo así; pero lo que sí puedo modificar es mi estado y yo había decidido estar
BIEN. Argumentaciones vanas porque ya estas parejas tenías doctorados en desaliento
y clausura de posibilidades.
Así que, en aras de cerrarle las
salidas a la quejumbrosa pareja, es preferible responder con un adverbio de
lugar, del tipo:
-
Ahí!
-
Aquí!
-
Ahí
vamos!
O con dos
adverbios de lugar:
-
Ahí
ahí!
O simplemente use un gesto de ambigua comodidad, acompañado
de una corporalidad cerrada, en consonancia con una cara de arrecho cagando que
evite cualquier penetración del enemigo en el área chica.
Por otro lado, si usted
se encuentra en una cola de banco, de supermercado, de panadería o en cualquier
tipo de colas, evite responder a comentarios hechos directamente a usted, los
cuales en apariencia llevan la intención de socializar ingenuamente. Algunas de
esas frases contienen expresiones como:
-
Hoy
sí ha hecho calor!
-
Qué
calor hace!
-
Y
nada que comienzan las lluvias!
-
En
Canadá hay incendios!
-
En
Argentina hay inundaciones!
-
A
qué hora será el corte hoy?
-
Ayer
hizo más calor que nunca!
-
Mañana
el calor será peor!
-
El
Observatorio dice que hoy va llové!
Detrás de todas estas provocaciones lo más seguro es que esté
un Fatalista o un Pesimista cazando incautos para iniciar
una conversación desalentadora. Su
estrategia es incentivar cualquier respuesta que le permita saltar del calor al
fenómeno de El Niño; ya en El Niño, entonces negar la existencia de tal
fenómeno; de aquí saltar a las Termoeléctricas; de estas a la falta de
inversiones y a partir de aquí ya usted estará en las fauces del desaliento.
Así que lo mejor es mantenerse imperturbable, como si el tinnitus no lo dejara
escuchar.
Sin embargo, los Fatalistas más
duchos interpretan su silencio como la respuesta de un fanático pro-optimismo,
así que no se extrañe que usted sea emplazado de inmediato a enseñar sus cartas
de juego. Como dicen que el conflicto es mejor prevenirlo, entonces es mejor
ser previsivo, así que antes invéntese una llamada telefónica y empiece a
hablar pendejadas solo `por ese celular, así se le acabe el saldo.
Ah y recuerde siempre que el Pesimismo y la Fatalidad, ante dos opciones igual de desagradables,
siempre su tendencia es a escoger ambas, así que ciérrele las puertas a esa
pareja, es más.
Esto es el día a día ! GRACIAS EXCELENTE! PERMÍTEME COMPARTIRLO
ResponderBorrarCon todo gusto; es más, gracias por hacerlo!
BorrarExcelente artículo! Tengo varias formas de combatir el Pesimismo y la Fatalidad, jejeje, por ejemplo, en el Metro, apenas alguien al lado empieza a hablar del gobierno, del precio de los alimentos, zuass, cierro los ojos y me hago la dormida, hasta que llego a mi estación, y así, no permito que nadie me robe mi tranquilidad y paz!
ResponderBorrarAsí es, Mamyva, tenemos que inventarnos una para no ser víctimas de los tentáculos de esa pareja. La que sea con tal de que funcione!
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