10/05/2008
No se lo recomiendo a nadie!
El ruido era ensordecedor. Las
señoras, bien trajeadas, parecían olvidar el glamour con el que habían llegado.
Y es que no era para menos, acababan de anunciar que el vuelo de Aeropostal tendría
un retraso de, al menos, cinco horas, ya que no había aviones pa´ tanta gente. Los mostradores del
Aeropuerto (Nacional) de Maiquetía retumbaban con fuerza. El estrépito
causado por el golpeteo de los parales de hierro macizo que separan las
filas, contra los pesos de equipaje demandaba el uso de audífonos. Las miradas
de las féminas erigidas en líderes de este alzamiento me parecía haberlas visto
en otras oportunidades; sin embargo, no quise sesgar esta protesta genuina con
mis propios juicios de situaciones pretéritas.
Así que me dispuse a auparlas
en su reproche, acercándome al mero centro de los acontecimientos. Ya allí pude
tristemente confirmar mis sospechas cuando una de las dirigentes expresó a puro pulmón:
-Eso es que ese desgraciado
mandó los aviones para Cuba! Al tiempo que otra gritó:
-Vamos a llamar a Globovisión!. Y como por arte de
magia, en apenas pocos minutos, apareció el canal de la Florida, de la Alta Florida, pues.
Como pude y tratando de no
levantar ninguna sospecha, di marcha atrás, evitando hasta lo imposible ser
confundido con un infiltrado, lo cual hubiese traído nefastas consecuencias
para mi salud mental y física.
Historias como ésta, arrancada
de la vida misma, como diría Antonio
Madrigal, pasan a diario, por lo que la odisea consiste es en sobrevivir, en salir
ileso de las minas antichavistas colocadas en el terreno de
la clase media. De esta manera es común y hasta rutinario que algún desconocido
se te acerque en el supermercado y te diga: -no hay pollo porque este cdm los
está mandando pa´Cuba. Y sucede lo mismo con la carne, la leche, los huevos, el
arroz, el azúcar y hasta con los mismisimos bollos con chicharrón que vende la
señora que se para frente a la licorería de Alta Vista, “to esa mierda la están
mandando pa´Cuba”.
Eso que algunos autores llaman
halitósis social (Kalbreth, 2007) y que consiste en el total desprecio por los
derechos sociales ajenos, es una patología que se ha instalado en la
inconsciencia de una inmensa porción de la clase media, lo cual hace que sean
fisiológicamente incapaces de darse cuenta que no todos piensan lo mismo y de la misma forma que ella y que, al
ser así, tienen la misma legitimidad que ella para pensar lo que se le dé la gana.
En cierta oportunidad, estaba
en la cola para pagar el teléfono, cuando fui virtualmente ensanguchado por dos señoras – las mujeres son muy fuertes en este
tipo de cosas – quienes en voz alta comentaban sus desaveniencias con el
rrrégimen, en el entendido que todos cuantos las escuchaban compartían sus puntos de vista.
Estoicamente y en silencio
soportaba las constantes arremetidas de este par de improvisadas analistas, aparentemente muy versadas en temas de
educación, economía y diseño curricular. Llegaría el momento en que mi silencio
me delataría, lo que ocurrió cuando una de ellas me increpó abiertamente. Así,
retirándose como a un metro de distancia,
me miró de arriba abajo y disparó: -no me va a decir que usted es chavista? Usted tiene pinta de ser un
hombre decente, educado; tiene pinta de ser un hombre leído y viajado. Dígame,
es usted chavista? Confieso que la mujer me puso a dudar y hasta a temblar, así
que lo primero que me salió fue decirle: -señora, yo soy venezolano!!!. Pues,
la cagué. “ayy, este lo que es, es un gran chavista”, vociferaría la fémina que
más atacaba. A partir de allí lo que vino fue joropo, hasta que me inventé una
para salir del atolladero, lo cual ocurrió cuando la más insistente y
despiadada me preguntó:
-Bueno, dígame una cosa, como
dice su presidente, ser rico es malo?
Entonces le repregunté: - okey,
usted que sabe tanto de economía, dígame: qué es mejor: ser rico de cuna o ser
rico de cama?
La dama, que no esperaba
semejante pregunta me respondió haciéndose la pendeja: -no entiendo! A qué se
refiere? Ya aquí me dije: “esta se jodió conmigo”.
– Nada, usted sí entiende!
Dígame, es mejor ser rico de cuna o de cama, porque yo soy rico de cama. Es eso
malo? La otra señora, riendo socarronamente, mascullaría entre dientes: -ser
rico de cama es divino!
A partir de allí, todo fue paz
y amor. Hablamos de sexo –es una de las conversaciones que más me gusta- de la
viagra masculina y femenina, de la menopausia y de la andropausia –es una de
las conversaciones que menos me gusta- en síntesis, de lo humano y de lo divino,
de lo sagrado y de lo obsceno, de lo sublime y también de lo ridículo. Al final
las señoras estaban tan felices que una de ellas me preguntaría:
-Mira, Héctor, (ya estábamos a
ese nivel de confianza) y tú pagas siempre el teléfono en esta oficina los días 14 de
cada mes?. Ay, pensé yo, a la viejita le gustó el chavista.
No en todos los casos aparecen
los recursos para salir airoso de una
situación embarazosa, ya que a veces nos enganchamos y nos embarcamos en un
inoficioso toma y dame con sus nefastas consecuencias.
Finalmente, mucha clase media
no escuálida que conozco se está debatiendo en una disyuntiva: irse a vivir a
Cuba, ya que la isla por tener todos
los productos que ahora tienen, además de una moderna flota de aviones, ahora
sí debe ser un paraíso, o irse a vivir al barrio Vista al Sol, ya que así
evitaría inhalar la desagradable halitosis social ajena, o sea.
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