martes, 13 de noviembre de 2018

Colapso

¿Qué tan lejos estamos del COLAPSO?

Del lat. collapsus, part. pas. de collābi 'caer', 'arruinarse'.
1. Destrucción, ruina de una institución, sistema, estructura, etc.
2. Paralización a que pueden llegar el tráfico y otras actividades.
3. Estado de postración extrema y baja tensión sanguínea, con insuficiencia circulatoria.
4. Deformación o destrucción bruscas de un cuerpo por la acción de una fuerza.
5. Disminución anormal del tono de las paredes de una parte orgánica hueca, con decrecimiento o supresión de su luz.
http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=colapso
1
La familia no le ha podido hacer un buen mantenimiento a su vivienda desde hace tres años y cada vez que caen  nuevas lluvias, pues nuevas goteras aparecen en su techo, con la fortuna de que las ollas se están usando muy poco últimamente, entonces éstas pueden servir de recipientes para recoger el agua. Los aires acondicionados por su parte ya no enfrían como antes (como hace tres años)  al igual que la nevera, ya que los 4 salarios mínimos que entran en la casa no alcanzan para la compra de un kilo de gas. Por cierto, hablando de gas, la ausencia del gas doméstico ha obligado al uso de una cocinilla de dos hornillas, la que con el uso intensivo de los últimos tiempos ha requerido de varias reparaciones, en la última bajo la amenaza última de que ya no da para más.

El señor de la casa, que todo lo ve en silencio, sabe que  se aproxima el COLAPSO.

2

El  gramero, acostumbrado a hacerse de sus estrenos de Navidad con la ropa que sus clientes le proveen, ya tiene casi tres años que no recibe la prontada, la misma cantidad de  años que sus patrones no remozan sus respectivos ajuares. Los jefes, en tres años, han logrado acumular calzoncillos que parecen bloques de ventilación y calcetines en los que se evidencia la rebeldía del dedo gordo del pie en su afán por liberarse del yugo del nylon de la ex media. Los zapatos no han podido renovarse por razones más que obvias; aunque tampoco han podido reencaucharse por razones un poco menos obvias, aunque igual de poderosas.

Ambos, gramero y jefe, saben que lo que viene es el COLAPSO.

3
El paciente que de clínicas privadas quedó privado de clínicas, sabe, por recomendación facultativa, que algunos alimentos le activan la proveedora de ingresos de los gastroenterólogos, mejor conocida como la helicobacter pylori. La galena, desde hace 10 años le prohibió la ingesta de quesos artesanales, de harinas, de gaseosas y de whiskies menores de edad. En su defecto le prescribió quesos elaborados industrialmente como el Gruyere, el Emmental y más comúnmente el Paisa. También en la lista ingresaron los jamones de pavo, de pollo, de faisán, las ensaladas crudas, los mejores cortes de carne, los jugos de frutas …ah y por supuesto el whisky 18 años. Con los años las sustituciones fueron inminentes: los quesos  fueron substituidos por queso blanco del más duro. Los jamones corrieron con igual suerte (más queso blanco del más duro). Los mejores cortes de carnes por arroz con queso blanco del más duro. Las ensaladas para la cena por pan artesanal con queso blanco del más duro. Sólo se salvó el whisky que ha sido substituido por miche y cocuy, este también, del más duro.

Al final los tres saben, paciente, médico y helicobacter pylori, que de un momento a otro lo que viene es el COLAPSO.

4
En la casa del vecino siempre hubo dos vehículos. Uno pequeño y otro más grande. Ambos han tenido que entrar frecuentemente a los pits en los últimos tres años por falta de repuestos y dinero para comprarlos. Cada vez ha sido más frecuente ver que uno solo de la pareja esté activado. Generalmente uno de ellos le cede al otro repuestos para que ande. Resucitación carro a carro in extremis. Ya por último el pequeño le donó al grande su corazón (batería) a expensas de su propia vida. Por razones obvias, luego de un tiempo el corazón del grande ha comenzado a fallar.

Finalmente ambos saben, Aveo y Grand Cherokee que solo es cuestión de tiempo la llegada del COLAPSO.

5
El señor de la casa estuvo comprando mientras pudo, provisiones de alimentos para la guerra. Potes, latas, alimentos no perecederos, frascos, arroces, espaguetis, salsas, y granos. Siempre para la guerra. La semana pasada se antojó de una crema de maíz, de las que guardaba para la guerra, pues. Su mujer le dijo que ya se había tomado la última. ¡Pero si eran para la guerra! En esta casa estamos en guerra desde hace meses, le respondió la esposa.

Ahora ambos saben, el señor y la señora, que estar en medio de la guerra sin provisiones es estar transitando el camino que conduce al COLAPSO.

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