¿Por
qué la economía es la que manda?
Este fin de semana fue
muy movido en cuanto a la actuación de la Asamblea Nacional Constituyente y su
dedicación al tema político y a otros no menos importantes, aunque sí menos
urgentes para el momento que vivimos.
Las redes sociales
entraron en ebullición al conseguirse frente a frente los que apoyaban la vía
política para lograr los cambios económicos que reclama la población en general
y los que exhortaban a la ANC a frentear
sin más retardos el asunto económico.
En este sentido me
sentí motivado a emitir mi opinión al respecto; no ya en los 148 caracteres que
nos permite el twiter, ya que llegué tarde a la clase sobre Técnicas del
Resumen que daba una profesora de Sintaxis Castellana (tal vez por eso me
reprobó la muy preparada).
De manera entonces que
más bien me dediqué a reflexionar del estudiante de Historia que fui en el
Glorioso Pedagógico de Maturín, recordando el uso de una serie de categorías
que explicaban el devenir histórico de la humanidad.
En este sentido en las
próximas líneas intentaré recrear, a capela, el uso que en aquellos tiempos le
dimos en las calurosas aulas del monasterio
oriental. Y digo que la cosa va a capela porque
todos mis libros de Historia los doné a un Centro de Estudiantes de la
Universidad de Guayana, en el convencimiento que la generación de relevo iba a
darle el uso que se merecía. Creo que finalmente me equivoqué; pero bueno, ese
no es el tema del día. Lo que sí quiero con esto es adelantar explicaciones
(¿justificaciones?) de los eventuales dislates que pudieran conseguirse en el
texto.
Existen varias
clasificaciones en la cronología de la Historia de la Humanidad que tienen que
ver con la concepción que cada tendencia abrace. Fuimos muchos los que
estudiamos en la escuela Primaria y Bachillerato la Historia Universal dividida
en períodos, Eras o Edades. Entonces nos hablaban de la Prehistoria, que partía
desde la aparición del hombre hasta la Invención de la Escritura. Luego de este
hecho comenzaría entonces la Historia como Era.
Posteriormente
estudiamos la Edad Antigua, que abarca desde la Invención de la Escritura hasta
la caída del Imperio Romano de Occidente, por allá por el año 460 después de
Cristo (d. de C.).
Con este último
acontecimiento se inicia la Edad Media (siglo V d. de C.) y transcurre hasta la
caída de Constantinopla. También se dice que los viajes de “descubrimiento”
marcaron el fin de este período. En cualquier caso, estamos hablando de fines
del siglo XV, a partir del cual se comienza a hablar del nacimiento de la Edad Moderna,
la que se extiende hasta 1789, año en el que se produce la Revolución Francesa.
A partir de esta fecha
y hasta nuestros días la humanidad vive en lo que se conoce, de acuerdo a ese
método, como la Edad Contemporánea.
Recuerdo que en
aquellos tiempos a quienes se adherían a este método de clasificación de la
Historia los llamaban eufemísticamente funcionalistas, también estructuralistas
y hasta caletreros.
Ahora bien, para Marx y
el Marxismo posterior, la historia de la humanidad era la historia de los Modos
de Producción (M de P); es decir la sociedad dependía de la forma como los
hombres (olvídense de la CRBV por los momentos) se organizaban en el espacio de
la producción para, justamente, producir los bienes que la sociedad demanda y a cada M de P correspondían formas de conciencia y una determinada
etapa de desarrollo de las fuerzas productivas.
De acuerdo a esta
concepción, sobre la infraestructura económica y valga la redundancia, se erigía una superestructura jurídica y
política que se correspondía con la forma como funcionaba la economía del país.
No al revés.
Por eso, y esto le va
dando razón de ser al discurso, Federico Engels en “El origen de la familia, la
propiedad privada y el Estado”, adelanta lo que sería la explicación
fundamental acerca de la organización de la sociedad.
“Según
la teoría materialista, el factor decisivo en la historia es, en fin de
cuentas, la producción y la reproducción de la vida inmediata. Pero esta
producción y reproducción son de dos clases. De una parte, la producción de
medios de existencia, de productos alimenticios, de ropa, de vivienda y de los
instrumentos que para producir todo eso se necesitan; de otra parte, la
producción del hombre mismo, la continuación de la especie. El orden social en
que viven los hombres en una época o en un país dados, está condicionado por
esas dos especies de producción: por el grado de desarrollo del trabajo, de una
parte, y de la familia, de la otra”.
De esta manera nos
preparamos para dar un paseo muy somero,
destacando el principal factor de la evolución de los Modos de Producción.
Son cinco, entonces,
los modos de producción en que se dividía la historia de la humanidad, de
acuerdo a la Teoría Materialista.
El primer modo de
producción es el Comunismo Primitivo. Algunos también lo conocen como el
Primitivismo. En esta etapa los hombres vivían de la caza, la pesca y la
recolección de frutos. Esta producción
era colectivizada entre todos los miembros de las comunidades, por lo que no
existían relaciones de apropiación, ni de explotación que los pusieran a
depender unos de otros. Los hombres eran predominantemente nómadas. Por
supuesto, no existían clases sociales y el poder era ejercido en forma
colectiva, ya que, en stricto sensu no existía un poder claramente determinado,
fundamentalmente porque no existían relaciones de producción de dominación,
toda vez que los medios de producción incipientes eran de propiedad colectiva.
Cuando mucho tiempo después
la humanidad descubre el cultivo, luego se sedentariza y después surge de manera violenta la
propiedad privada, las relaciones de producción cambian radicalmente, ya que los
hombres apertrechados se apropian de las mejores tierras, al igual que de los hombres y de las mujeres, convirtiendo
a éstos en sus esclavos. Entonces surgen las clases sociales y las formas de
gobierno que vienen a corresponderse con este orden económico son de dominación
absoluta, como tiranías. A este Modo de Producción se le conoció entonces como
el Esclavismo.
Este Modo de Producción
va a llegar a su fin, cuando las fuerzas productivas entraron en contradicción
con las relaciones de producción y empezó un período de luchas que duró muchos
años. Los esclavos se sublevaron contra el régimen opresivo, comenzando un
período de cruentas batallas. El Imperio Romano que abarcaba a toda Europa, comenzó a ser asediado por pueblos llamados Bárbaros, los que una vez fueron expulsados o simplemente
corrieron fuera del territorio imperial, pero que ahora con mejores dotaciones,
mantenían en jaque el poder omnímodo de reyes y emperadores, hasta que a
finales del siglo V. de nuestra era, dan al traste con el modo de producción
más cruel que hasta el momento se conocía.
Así surgió el Modo de
Producción Feudal. Como quiera que en la caída del Esclavismo contribuyeron una
multiplicidad de pueblos, unos muy diferentes de otros, culturalmente hablando,
el nuevo M. de P. se caracterizaría por estar totalmente atomizado, formándose pequeños
conglomerados en los que aquellos que antes eran esclavos apenas cambiaron de
condición, al depender ahora de un señor
feudal, quien le asignaba un lote de tierra para que la trabajara, pero se
quedaba con la mayor parte de la producción. Así comenzaron a aparecer por toda
Europa pequeños ducados, con un duque a la cabeza, por supuesto; los reinados,
los principados, etc. Las relaciones de producción siguen siendo de explotación
y el poder político lo ejerce en cada territorio el Señor Feudal. Vale decir
que este M. de P. era totalmente cerrado, existiendo muy poco comercio entre
los feudos, ya que la moneda y el comercio había desaparecido y la producción
era de auto subsistencia.
“Al
frente de la lucha contra el feudalismo se puso la burguesía, sirviéndose de
las sublevaciones de los campesinos y siervos contra los señores feudales para
tomar en sus manos el Poder político y convertirse en clase dominante.”
El régimen feudal
llevaba en su seno las contradicciones que 10 siglos después darían al traste
con su hegemonía dando paso al M de P
Capitalista, en su primera etapa, el Mercantilismo, que es el período de
acumulación de minerales preciosos. Luego vendría el Liberalismo y sus tesis
del dejar hacer, dejar pasar; período
basado en la explotación del hombre por el hombre, la propiedad privada sobre
los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado. Socialmente
se habla de una estratificación en los que los dueños de los medios de
producción o Burguesía están en la cúspide de la pirámide, mientras que la mano
de obra asalariada constituye la base sobre la que descansa la producción de riqueza.
El Capitalismo tiene diversas formas de gobierno, desde regímenes de fuerza
hasta formas encubiertas de Democracia, en los que la Burguesía coloca a sus
representantes a ejercer el poder político; aunque llegado su momento la misma
Burguesía asume las riendas políticas del Estado creando el régimen Plutocrático
de gobierno. Un buen historiador que alguna vez estudié decía que cuando la
Burguesía toma en sus manos las riendas del poder político, sin intermediarios
ni representantes, es porque ha pasado de un nivel de conciencia de clase en
sí, a clase para sí.
Casos como ese se están comenzando a ver en países como Colombia, Perú, Argentina y EEUU, donde sus presidentes pertenecen a las oligarquías, incluso algunos de ellos están en el Top Ten de la Revista Forbes, de los hombres más ricos del mundo, mientras que en Venezuela se asoma con mucha seriedad la posibilidad de un candidato presidencial en los comicios de 2018 de la más pura raigambre burguesa y miembro usual de la selección de hombres acaudalados del mencionado magazine; sin dejar de mencionar que en Europa es cada vez más intensa la búsqueda e incluso el ejercicio del poder político por parte de los ricos.
Casos como ese se están comenzando a ver en países como Colombia, Perú, Argentina y EEUU, donde sus presidentes pertenecen a las oligarquías, incluso algunos de ellos están en el Top Ten de la Revista Forbes, de los hombres más ricos del mundo, mientras que en Venezuela se asoma con mucha seriedad la posibilidad de un candidato presidencial en los comicios de 2018 de la más pura raigambre burguesa y miembro usual de la selección de hombres acaudalados del mencionado magazine; sin dejar de mencionar que en Europa es cada vez más intensa la búsqueda e incluso el ejercicio del poder político por parte de los ricos.
Finalmente, el Modo de
Producción Socialista constituye la superación dialéctica del Capitalismo.
Luego del experimento de la Unión Soviética hay cinco países en el mundo que se
han declarado socialistas, siempre a través de procesos revolucionarios en los
que se ha abolido la propiedad privada, las diferencias de clases y la
explotación de los trabajadores. A esta formación económico-social corresponde
formas de gobierno de Democracia Directa en la que los trabajadores y pueblo en
general ejercen el poder a través de los diversos órganos de gobierno. Faltaría
acotar que los países que llegaron al Socialismo no lo hicieron a través de la
evolución de las especies, ni a través de concesiones que hizo la burguesía, ni
mediante leyes que creó el Estado y que la Burguesía sumisamente acató. No. Esto
lo resumió muy bien Marx y Engels cuando afirmaban que la historia de la
humanidad desde el Esclavismo hasta el Capitalismo, ha sido la historia de la
lucha de clases.
Ahora bien, es probable
que muchos aún duden de lo dicho por este cronista, ya que al fin de cuentas se trata de un maestro de
escuela que le ha echado memoria a unos conocimientos que adquirió hace 45 años.
En ese caso, para todos los marxistas, marxólogos, chavistas y chavólogos que
le dan primacía a la estructura política para producir los cambios económicos
que de un solo guamazo nos instalen en el Socialismo, a todos ellos les voy a
poner a hablar a Carlos Marx, ya que así como Dios habla por las matemáticas,
Dios durante mucho tiempo habló de Economía a través de Marx.
Decía Marx, en el “Prólogo
a la Contribución a la Crítica de la
Economía Política” en 1859, que:
“En la producción social de su vida los hombres
establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo
de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la
que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida
material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en
general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el
contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Lo que Marx expresa lo podemos resumir en las siguientes líneas:
1. Los
hombres y/o las sociedades se relacionan, en primera instancia, para producir,
es decir, para trabajar, que es la forma en que se distingue de los animales
inferiores; de allí la expresión “en la
producción social de su existencia”.
2. Esas
relaciones, las quieran o no tienen que realizarse, no dependen de su
voluntad.
3. Dichas
relaciones se corresponden con un cierto grado de desarrollo de las fuerzas
productivas, es decir, son los medios de producción y, ante todo, los instrumentos
de trabajo creados por la sociedad, así como los hombres que producen bienes
materiales, con toda su carga intelectual y espiritual.
4. La
estructura económica es la base real sobre la que se levanta la superestructura
jurídica y política de la sociedad y no, como dije hace ya varias líneas, al
contrario.
Toda esta discusión que
me planteado ha sido para demostrar desde el Materialismo Histórico, que es la
estructura económica de la sociedad la que determina las demás estructuras,
empezando por la política, que es la que se corresponde con las formas de gobierno
y otras aparatos del Estado.
Por ello, cuando los
problemas económicos que presenta un país se intentan resolver a través de
mecanismos políticos, incluso jurídicos, la única manera de que tengan éxito,
es que los propietarios de los medios de producción así lo acepten; de lo contrario
la respuesta será siempre un contragolpe mortal con tal de que no se afecten
como dueños del capital que son. Esto parece sugerir una puja constante entre
ambos poderes, la cual tiende a agudizarse en la medida en que a través del
aparato político se intenta un cambio profundo en el aparato económico. Me
imagino que la pregunta que muchos se estarán haciendo es si es posible llegar
al Socialismo a través de elecciones. Bien bueno si se la están haciendo porque
eso ayudará a aclarar el terreno y a comprender lo que nos ha venido ocurriendo
en las últimas dos décadas.
A este nivel me
interesa tener a mano una definición, sólo para que cada quien la compare allí
en su nivel de conciencia en el que, seguramente, se encuentran.
Se trata de la
definición de Revolución desde el punto de vista de los marxistas: “Proceso
mediante el cual la clase dominada de una sociedad sacude su condición de tal,
a través de un enfrentamiento con su clase antagónica. Un proceso
revolucionario debe provocar una profunda transformación en el orden político,
económico y social, con cambio radical en las antiguas relaciones sociales de
producción. Se producen también cambios en toda la superestructura. En
síntesis, una revolución es un proceso impulsado por la gran masa de la
sociedad y que trae como consecuencia una variación total en el modo de
producción imperante”.
Más información: Diccionario de Marxismo © www.apocatastasis.com
Más información: Diccionario de Marxismo © www.apocatastasis.com
Retomemos
el camino del “Prólogo a la Contribución Crítica …..”
y pongamos como meta determinar qué es lo que hace falta para pasar de
un Modo de Producción a otro, en este caso del Capitalismo al Socialismo.
Marx
le dice a los marxistas, marxólogos, chavistas y chavólogos que es necesario
que se produzca una contradicción irreconciliable entre las fuerzas productivas
y las relaciones de producción, es decir, entre los hombres y las relaciones de
explotación a través de las cuales se había venido desarrollando el trabajo.
Este es el momento en el que las hostilidades se agudizan y el enfrentamiento,
que en última instancia es un enfrentamiento entre clases antagónicas, se hace indetenible;
es el momento de la agudización de las contradicciones, en el que el conflicto
latente no tiene otra salida. Reafirmamos, entonces, que para que ello ocurra
las fuerzas productivas, es decir, el hombre y sus fuerzas materiales y
espirituales, aunadas al desarrollo de los instrumentos de producción, no
pueden seguir coexistiendo en el estrecho marco de las relaciones de
producción, que, como en otro aparte ha dicho Marx, se trata de relaciones de
propiedad y de apropiación.
Culmina
Marx, diciendo, entonces, que “De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas
relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución
social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente,
toda la inmensa superestructura erigida sobre ella”. Termina Marx hablando del concepto que hace un ratico
introdujimos aparentemente sin ningún propósito explícito, como es el de
Revolución.
Para mí que fui quien armó este pequeño muñeco, como dicen despectivamente
en Investigación, no cabe duda que, de acuerdo al Marxismo (marxista debería
ser la mayor parte de la población chavista y chavóloga), no hay Socialismo sin
Revolución Social, por mucho que se intente usar la vía del reformismo político-jurídico.
Esa es mi conclusión.
Finalmente, las preguntas que pululen por su mente enriquecerán el
debate de las ideas y nos hará más conscientes del momento histórico que
vivimos, de sus posibilidades y de sus amenazas y de sus debilidades y
fortalezas.
Como estrategia didáctica les dejaré el extracto del “Prólogo
a la Contribución a la Crítica de la
Economía Política” al que he hecho referencia, en la seguridad de que así como
a mí me sirvió para comprender dialécticamente la Historia de la Humanidad, muy probablemente le pudiera servir a
los estudiosos del tema social.
“El resultado general al que llegué y que una vez
obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la
producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones
necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que
corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas
materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas
de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el
proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia
del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo
que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las
fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las
relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión
jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han
desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas,
estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de
revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos
rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se
estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios
materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden
apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las
formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y
luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo
por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de
transformación por su conciencia, sino que , por el contrario, hay que
explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el
conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de
producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen
todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas
y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales
para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por
eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede
alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo
surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones
materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras
tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de
producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones
burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de
producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de
un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los
individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad
burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución
de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria
de la sociedad humana”. Carlos
Marx
P.S. Debo reconocer que falté a mi palabra de interpretar a capela toda esta larga sinfonía. Ocurrió que en el desarrollo del discurso fueron surgiendo nuevas explicaciones, las que demandaron el uso de referencias que no me las había caletreado como en efecto me quedó el Prólogo a la Contribución ...... Para ello mi amigo el señor Google fue de mucha utilidad, como también lo fue mi cuñada Togne Esperanza, quien me advirtió del gazapo. A ambos les extiendo mi agradecimiento.
P.S. Debo reconocer que falté a mi palabra de interpretar a capela toda esta larga sinfonía. Ocurrió que en el desarrollo del discurso fueron surgiendo nuevas explicaciones, las que demandaron el uso de referencias que no me las había caletreado como en efecto me quedó el Prólogo a la Contribución ...... Para ello mi amigo el señor Google fue de mucha utilidad, como también lo fue mi cuñada Togne Esperanza, quien me advirtió del gazapo. A ambos les extiendo mi agradecimiento.
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