Uribe-Santos:
Dos falsas banderas y una misma operación!
Ningún crimen debe quedar
impune, eso es cierto, pero de todos los crímenes cometidos por el Gobierno Colombiano y, en particular, por su
Presidente Álvaro Uribe Vélez y su
ministro de la Defensa Juan Manuel Santos, el mundo entero debe concientizarse de la
inmensa necesidad de que éste no navegue en el mar de la impunidad.
Al presidente Uribe se le
podría perdonar, por ejemplo, sus vínculos con el narcotráfico, que no es
perdonable; sus vínculos con los paramilitares, que tampoco lo es; su intromisión
o invasión a territorio ecuatoriano; tampoco es para ser perdonado; los
asesinatos cometidos durante el breve tiempo que duró la invasión, repudiable y condenable y hasta
la utilización inescrupulosa del logo de Telesur; pero atreverse a usar tan
deliberadamente con los fines sanguinarios que lo motivaron, el emblema de la Cruz
Roja
Internacional (CRI)
es de los crímenes más atroces que criminal alguno pudiera cometer; porque es
que, entre otros alegatos, este es un crimen que se comete en el presente, pero
que tiene una onda expansiva futura que pudiera dar lugar a que muchisísimas muertes ulteriores sean una
consecuencia de esta monstruosidad de delito. Ya veremos por qué.
La CRI es uno de dos organismos universales que mantiene una neutralidad
a prueba de razas, credos e ideologías; que ni siquiera mantiene una postura
arbitral, ya que no se involucra en el fondo ni en los contenidos de los
conflictos, por lo tanto no tiene que decidir sobre ninguna materia; que a lo
que se dedica, en pleno campo de batalla, es a recoger heridos, trasladar
enfermos y auxiliar humanitariamente a quien lo requiera, sean del bando que
sean y lo hace sólo portando un chaleco con el emblema de la institución (una
Cruz Roja sobre un fondo blanco), símbolo invertido de la bandera de Suiza, que
es donde nace en 1863.
Hay una declaración tácita en
los campos de batallas, por muy bárbaros
que sean los oponentes, y es sobre el respeto que se le profesa, expresa y
practica a quien en plena refriega lleve los distintivos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)
ya que, entienden los contendientes, que esa gente que expone su vida para
ayudar a los heridos en combate, lo hace indistintamente de quienes sean los
heridos, sin que exista la más leve sospecha que pudieran estar inclinados por
un bando u otro.
El protocolo adicional a la Convención de Ginebra
de 1949, contempla la prohibición de "capturar a un adversario valiéndose
de medios pérfidos" como es "simular que se posee un estatuto de
protección, mediante el uso de signos, emblemas (...)".
La universalidad del CICR es lo hace que, un ejemplo al
extremo, ante un enfrentamiento entre pandilleros de drogas en el que se
produzca la llegada de una ambulancia de la Cruz Roja , ninguno de
los involucrados en el conflicto sería capaz de dispararle a este vehículo.
Imaginémonos, entonces, que en
un conflicto armado, uno de los bandos sospeche que los miembros de la Cruz Roja tienen una
Uzzi debajo del chaleco ya que temen que pertenezca al otro bando hostil. Qué
sucedería? Pues simplemente que gracias a la gracia de Uribe Vélez y de Juan Manuel Santos los cruzados serían cosidos a tiros y con ello serán tirados a la
basura 145 años de trabajo voluntario, humanitario, imparcial, neutral,
universal, único e independiente, tal cuales son los principios que en todos
estos años han orientado el trabajo del Comité
Internacional de la Cruz
Roja (CICR).
De manera que no es poca cosa
a lo que se expone la humanidad (sí, señores, es la humanidad la que estará en
riesgo), si se perdona el “nerviosismo”
que tuvo el soldado cachaco al bajar de un helicóptero igualmente blanco, como los que usa el CICR, acompañado de otro que también se
puso nervioso y usó un logo de la televisora interestatal Telesur, como
salvoconductos para detener en el campo de batalla a guerrilleros contrincantes.
En adelante, de no castigarse
severamente este crimen, que sin lugar a dudas puede considerarse de lessa
humanidad, los que van a estar nerviosos con toda razón, van a ser los
voluntarios del Comité Internacional de la Cruz Roja y los
reporteros de guerra.
Entonces, escojamos: callar y
morir o gritar y sobrevivir!! La humanidad tiene la palabra!!
Este
crimen no debe quedar impune!
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